Desodorante de roll-on: dale una segunda vida convirtiéndolo en masajeador

Estamos en el momento cumbre de la segunda mano, del aprovechamiento, del darle una nueva vida a todas las cosas posibles y en Cuore también nos lo hemos propuesto. Más allá de utilizar ropa de segunda mano, nosotras apostamos por reutilizar todo lo que se pueda también en el terreno beauty y ahora hemos descubierto qué puedes hacer con el envase y la bolita del desodorante en formato roll-on. Seguro que nunca lo habías pensado.

La mayoría de las veces terminamos los productos y los tiramos a la basura sin comprobar antes si les podemos dar otro uso, como por ejemplo, tarritos de cremas que puedes decorar y convertir en almacenadores, o si son en formato mini, volver a utilizar en próximos viajes. Pues resulta que con el desodorante pasa lo mismo y no lo sabíamos. Eso sí, no vale cualquier formato, tiene que ser el de roll-on.

La mayoría de las veces lo encontramos en frascos de cristal y bolita de plástico y eso quiere decir que puede convertirse en un bote perfecto para llevar gel, o crema, con un plus masajeador. Piénsalo: te echas ahí tu producto favorito de rutina beauty y disfrutas de él con el masaje que proporciona la bola.

Además, por si no te habías dado cuenta, esta bolita hace que el producto se dosifique y encima evita que se acumule mucho residuo del producto en una sola zona de la piel. Vamos, que todo son cosas buenas.

Y si no lo quieres para eso, también lo vemos claro para llevarlo en el bolso con un gel limpiador de manos o un jabón o incluso una crema de manos que sea poco espesa para que pueda esparcirse a través de la bolita. Ya te decíamos que va a ser el nuevo imprescindible en tu neceser.

¿Lo probamos?

Y hablando de desodorante... Cuándo es el mejor momento para aplicarlo

Según nos cuenta Álvaro Fernández (@farmaceuticofernandez) en su perfil de Instagram, pese a que todo el mundo usa el desodorante al salir de la ducha o justo después de entrenar, esa no es la forma correcta de hacerlo. ¿Cómo te quedas?

"Casi todo el mundo se los pone después de salir de la ducha o después de haber entrenado, y los antitranspirantes son mucho menos efectivos si cuando te los echas estás mojado, y los desodorantes se absorben mejor cuando las glándulas sudoríparas tienen menos actividad y hay menos sudor. Así que si quieres que tenga máxima eficacia, el momento perfecto para ponérselo es justo antes de irte a la cama"