"Es que tienes el clítoris muy arriba": Oído en mi cama

Cuando llegué a España de mi periplo angelino (Jolie) ya os conté que una de mis prioridades había sidobajarme Tinder. ¿Por qué? Bueno porque con 37 años, sin pareja y teniendo un piso de soltera de lo más 'cuqui' (escribiré artículos sobre el clítoris, pero cuando quiero hablo como Tamara Falcó) iba a ser todo un desperdicio no usar ese colchón y esa cama de Ikea (yo solo compro lujo, como Tamara) en donde poder hacer un poco de ganchillo.

[Advertencia: El siguiente artículo va a usar referencias al mundo de la costura en referencia al acto sexual por si hay niños leyendo. Carmen Raya, preocupándose por cumplir con el horario infantil desde 1984]

Así pues, yo que tenía ya todo el kit de coser preparado, me puse a buscar ovillos en Tinder. Y no os mentiré, al principio no hubo ninguno que me convenciese.

Sin embargo, el algoritmo hizo su función y encontré mi aguja en el pajar (pajar de donde se guarda la paja, o sea, el trigo, bueno, la cebada, o sea qué lío). Total, que dicha aguja y yo quedamos un domingo a mediodía a tomar unas cañas. Y oye, todo iba como la seda. Una caña llevó a otra, la siguiente llevó a una copa y la segunda copa nos llevó a hacer de nuestra capa un sayo e irnos a su casa.

[Pausa para asombrarme (y asombraros) de lo mucho que controlo de lenguaje 'costuril']

Ya metidos en faenacomenzamos a coser de manera bastante espectacular. Sin embargo, cuando dicha agujadecidió explorar el hilo de mi anatomía sureña (soy de Albacete, pero todos entendéis de qué va la movida...) pasó esto:

A ver cómo explico esto sin ser demasiado explícita. Rafaella Carrá decía que para hacer bien el ganchillo había que ir al Sur, pues ya os digo yo que no se refería a ESE SUR porque parece ser terreno inexplorado por el hombre. Arriba, abajo, izquierda, derecha, nada, que esa aguja no paraba de dar puntadas sin hilo.

Yo, que tengo espíritu caritativo cuando coso, le indiqué de manera sutil el patrón a seguir, pero nada, que no había manera. Y mira que yo otra cosa no, pero saber dónde tengo el clítoris es una de las pocas cosas que a mis 37 años tengo claras en la vida. Tras varios minutos intentándolo, por fin mi amigo se convirtió en un maestro de la costura, pero no sin antes decirme: "Es que tienes el clítoris muy arriba".

[Esta soy yo recordando ese momento mientras escribo este artículo]

A ver, que yo entiendo que el Sur de una mujer es un tanto más complicado que el Sur de un hombre, pero por favor, analicemos esta frase. Porque claro, es que me han dicho a la cara y sin ningún tipo de pudor que TENGO EL CLITORIS MUY ARRIBA. Querido, muy arriba se tienen las copas de coñac de tu abuelo en la despensa porque nadie las utiliza, muy arriba está el precio de la vivienda en España y muy arriba te viniste tú diciéndome donde crees tú que debo tener el clítoris.

Vaya que estuve a punto de decirle que si quería me lo bajaba un poco para que él pudiese encontrarlo. Sin embargo, no es la primera vez que un hombre osa decirme que mi clítoris no está donde ellos creen que debe de estar. Que esto es como cuando tu madre te manda a buscar algo al armario y ella jura y perjura que está en la balda de abajo pero mira tú por donde que estaba en la de arriba.

Queridos,si no sabéis dónde está el clítoris, tranquilos, no pasa nada. Cada mujer es un mundo y no tenemos ningún problema en guiaros. Sin embargo, me llama la atención lo poco cuidadosos que son con estos temas porque alguna vez que otra he llegado a pensar que realmente mi clítoris no estaba en el sitio adecuado. Vaya, que se creen que este tipo de comentario no te afectan y sí, queridos, sí lo hacen. Pero no, lo tengo bien colocado, podéis volver a respirar.

Otra de las cosas que me fascinan es que yo jamás le he hecho a un hombre un comentario sobre su miembro viril. Y cuidadito porque los he visto de todo tipo: grandes, medianos, pequeños, curvados, con dedal, sin dedal.... Pero nunca de los nuncas se me ocurriría decirle a un hombre (y menos cuando está desnudo en cama ajena) algo como "es que tienes el pene muy curvado a la derecha y por eso es imposible que hagamos esta postura". ¿Entendido? Pues eso.

Y la semana que viene si queréis os escribo un artículo sobre miembros viriles, que nos vamos a reír.