Los hombres americanos tampoco saben dónde está el clítoris (un saludito para todos ellos)

Un mapita, por favor.

Carmen Raya con bocadillo Cuore
Carmen Raya con bocadillo Cuore / INSTAGRAM

Siguiendo la línea (following the line, que no the leader, bilingüismo) deartículos que mis padres seguro que quieren imprimir, enmarcar y releer cada noche antes de irse a dormir (os quiero, no me desheredéis todavía), hoy, vuestra 'influencer' en prácticas preferida (o sea, yo), ha venido a arrojar luz (arrojing light) a un tema tan importante e incómodo que pocos se atreven a tocarlo (nunca mejor dicho).

Sí, he venido a hablar del que no puede ser nombrado. El Voldermort de la sexualidad. 'Efectiviwonder' (también domino el 'espanglish', trilingüe me llaman), amigos y amigas, today we are going to talk about the (hoy vamos a hablar del..., bilingüismo a la inversa)... ¡clítoris!

Clítoris, amigo Will Ferrell, clítoris. Y es que yo os voy a ser muy sincera (como siempre). De todo los hombres con los que compartí lecho en España (cuando me pongo culta no hay quien me gane), el 99,99% de los mismos tuvieron serios problemas para encontrar el botón de la felicidad sexual femenina. Cosa que a mí siempre me ha parecido fascinante por el siguiente motivo: ¿acaso no está el clítoris en el mismo lugar en todas las mujeres? A ver si es que yo lo tengo en Cuenca y mi vecina de enfrente lo tiene en Santiago de Compostela.

No, amigo Donald, pero tú a lo tuyo que bastante tengo con que me quieras echar del país en el que estoy pasando una pandemia con un seguro médico que me cuesta más que conseguir un riñón en el mercado negro.

Pero volvamos al tema que nos ocupa. Porque yo me pregunto (es que me paso el día preguntándome cosas, así soy yo), ¿cómo es posible que en pleno siglo XXI Google Maps me muestre cómo llegar de Los Ángeles a la puerta de mi casa en Albacete, pero la tecnología aún no se haya puesto al servicio de los hombres para mostrarles el camino hacia el clítoris? Que sí, que de todos es sabido que la anatomía masculina es más fácil de manejar, pero amigos, que NO ES TAN DIFÍCIL.

Lo que tú digas...

O a lo mejor Donald lleva razón y resulta que la búsqueda del clítoris es más complicada que la de encontrar una foto o vídeo en el Instagram de Cristina Pedroche en la que no esté haciendo yoga, en bikini, promocionando ropa de la firma Capriche y/o DiverXO, enseñando la copa menstrual o hablando de su 'maridi' (Carmen Raya, haciendo amigas desde 1984).

De hecho, debe serlo porque os voy a contar qué es lo que ocurre cuando, españoles y/o americanos (la incultura clitoriana no entiende de nacionalidades), han intentado dar 'en la tecla' (en el clítoris, vaya). En el mío, para más datos, no vaya a ser que alguien se crea que el clítoris es un ente que se encuentra en la calle de paseo.

El caso, que de esto que se ha quedado buena noche en Los Ángeles y está él dándolo todo y tú estás ni que sí ni que no, esperando a ver cuándo se da cuenta de que con el 'in and out' (y no me estoy refiriendo a la cadena de hamburgueserías americanas, guiño, guiño) no te va a llevar a ninguna parte.

Así pues, muy amablemente, e intentando no cortar el rollo (to cut the rol), tú le dices algo así como que si puede explorar un poco las inmediaciones en las que se está jugando el partido. Inmediatamente, él te mira y te dice que sí. Pero mientras te dice que sí, tú le ves que hace ESTO:

Sí, se pone más tenso que todos los músculos de Arnold Schwarzenegger (gran actor, mejor ex-gobernador de California) y se prepara como si fuese a la guerra. "Genial, otro que no tiene ni idea", pienso yo siempre que los veo comenzar a mirar a todos los lados de mi cuerpo como si les hubiese pedido que localizasen el metacarpio inferior cruzado de mi antebrazo.

Nota al lector: es muy probable que esta parte del cuerpo no exista. Consulte con su médico antes de intentar buscarlo.

Y ahí que va él y comienza a tocarte en todas partes menos en la que es. Que esto es como cuando tu madre te pide que vayas al botiquín a buscar aspirinas y encuentras todos los demás medicamentos menos ese. A todo esto, tú estás pensando "bueno, cinco minutos más y si veo que no pues le guio un poco".

Cinco minutos en los que tu clítoris y él están jugando al ratón y al gato. Y eso que el clítoris, que yo sepa, no se mueve ni cambia de lugar misteriosamente ni antes, ni durante, ni después del coito. Así pues, este es tu compañero sexual 'looking for the clitoris'.

Pero nada, que no, que sus dedos se mueven por tu zona íntima como si estuviese haciendo la ouija. De la A a la Z, de la B a la W, de la I a la L y nada, que no pasa por la C ni queriendo. "Ya es mala suerte", piensas tú. De hecho, hay veces que creo que alguno ha sacado hasta los prismáticos para ver si sonaba la flauta.

Y como no suena, ya coges tú las riendas y le muestras el camino. Bueno, ya ni camino, directamente lo llevas a la pantalla final porque no te sale a cuenta darle pistas. Y bueno, creo que no he visto caras de asombro tan sinceras como las de un hombre encontrando (con trampas, pero encontrado) un clítoris.

[Poco se habla de lo bien que hilo los GIF's porque, para quien no lo haya pillado, aquí se ve a Will Ferrell de la mano de Kristen Wiig, mi actriz y cómica favorita, siendo guiado hacia el escenario por ella. Will, el mismo que preguntaba que qué había dicho yo al principio de este artículo en el primer GIF. Y esto podríamos decir que es 'writersplaining', o sea, el escritor explicando a sus lectores las bromas y entresijos del artículo cuando a lo mejor ellos mismos lo pillan].

De hecho, y compartiendo aquí mis intimidades, hace ya muchos años un español me dijo una vez: "Pues el resto de chicas con las que yo he estado no lo tenían ahí". LITERAL. REAL. Que venga Conchita con su polígrafo que no miento. Y es que yo a veces me pregunto que para qué me he mudado a Hollywood si España me dio un material buenísimo para escribir el guión más surrealista de todos.

Resumiendo, que da igual a qué parte del mundo te vayas porque el clítoris sigue siendo el gran desconocido de los hombres. Así que bueno, yo me estoy empezando a plantear, a mis 36 años, comenzar mis encuentros sexuales de la siguiente manera:

Ah, y aquí os dejo mi cuenta de Instagram, no vaya a ser que algún hombre quiera seguirme después de leer este artículo y no sepa dónde encontrarme (ni que fuera yo un clítoris, sonido de platillos).

Síguele la pista

  • Lo último