Agua y arena en perfecta armonía

Entornar los ojos, respirar, y dejar que el río y su magnífico entorno entre por todos los sentidos. Porque aún quedan lugares capaces de sorprender al viajero. El recorrido final del río Ebro y su delta, con la enorme riqueza paisajística que le confieren, son los rasgos distintivos de este territorio. Las Terres de l’Ebre, integradas por las comarcas tarraconenses del Baix Ebre, el Montsià, la Terra Alta y la Ribera d’Ebre, ofrecen al visitante una gran oferta turística muy vinculada al patrimonio natural, sin olvidar los atractivos de su historia y tradiciones.

Terres del l’Ebre es un destino con muchas posibilidades ya que reúne gran variedad de paisajes espectaculares, fauna autóctona y una cultura propia que protege con celo las raíces ancestrales. En cuanto a gastronomía, reconocida por su variedad y riqueza y basada en productos muy diversos como el marisco, el arroz o el aceite de oliva, no habrá viajero que no regrese a casa conservando en su memoria los sabores únicos de los platos de la zona. En todos y cada uno de sus rincones Terres de l’Ebre, reúne tesoros diversos y únicos, la magia de ser Reserva de la Biosfera dignificando al río que las vertebra.

Imprescindibles

Y no hay que olvidar su enorme patrimonio histórico. En las cuevas de Ulldecona, El Perelló y Freginals el viajero hallará muestras de pinturas rupestres declaradas Patrimonio de la Humanidad. También se han conservado vestigios de poblados ibéricos en La Moleta del Remei o Castellet de Banyoles.

Ejemplos únicos de arquitectura civil y religiosa de la época medieval son el castillo templario de Miravet o, en Tortosa, el castillo de origen árabe de la Suda, el Palau Episcopal y la catedral. Imprescindibles son en la capital del Baix Ebre los célebres Reials Col·legis del siglo XVI. Por otra parte, el modernismo dejó su impronta en las bodegas de las cooperativas de Pinell de Brai y Gandesa.

Actividades en familia

El Parc Natural del Delta de l’Ebre es la zona húmeda más importante de toda Catalunya y la segunda de España. Kilómetros de dunas, salinas y tierras de cultivo dan forma al escenario único de la desembocadura del Ebro en el Mediterráneo, que contiene más de 600 especies vegetales y, en especial, 350 tipos diferentes de aves, que se pueden observar desde miradores.

El macizo calcáreo de los puertos de Beseit configura el Parc Natural dels Ports, caracterizado por su paisaje escarpado donde habitan la cabra salvaje, o el águila real y donde el viajero tiene a su disposición el centro de interés botánic, para conocer más de un millar de especies florísticas.

La conservación de grandes encinares, míticos robles y misteriosos tejos y, sobre todo, la espeleología que se practica en las cuevas (La Rabosa, Les Ortigues, Benifallet) son espacios para la aventura y el descubrimiento de la sierra de Cardó y la sierra del Boix.

Destacar os cañaverales, prados inundables y bosques de ribera cercanos al pantano de Flix, que conforman la Reserva Natural de Sebes i Meandre de Flix, hábitat de aves forestales que dependen de los cursos de agua.

RECOMENDACIONES

Tarragona romana

Fue fundada en 218 a. C. por los romanos. El conjunto arqueológico de Tarraco fue incluido en la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco en el año 2000. Se recomienda un recorrido que incluye 14 recintos declarados Patrimonio de la Humanidad, con posibilidad de visita guiada. La ciudad ofrece una amplia oferta cultural y de actividades vinculadas.

EXCURSIÓN

Port Aventura

PortAventura, entre Vilaseca y Salou, es una de las principales atracciones de la Costa Dorada, cuenta con PortAventura Park, el parque temático más visitado de España y el sexto de Europa. Integra Port Aventura Park, Ferrari Land (único en Europa) y PortAventura Caribe Aquatic Park. Hay estacionamiento para autocaravanas. También hay un campo de golf.

DESCUBRIMIENTO

Catedral inacabada

La Catedral de Tarragona es una de las visitas recomendadas. Se empezó a construir en el siglo XII en estilo románico, se siguió en gótico y se consagró en 1331, pero quedó inacabada a causa de la Peste Negra. La fachada, con la gran portalada y el rosetón, es una de las imágenes más emblemáticas de la ciudad.