Viaje al origen de Catalunya: el Ripollès :: El Periódico

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Viaje al origen de Catalunya: el Ripollès

Pocas comarcas concentran tanto atractivo en su territorio. Las inmensas montañas del Pirineo, con sus rutas y deportes de aventura, junto a monasterios e iglesias testigo de glorias pasadas: planes para todos los perfiles y bolsillos. Viajar al Ripollès es sinónimo de naturaleza, cultura y gastronomía de proximidad y de calidad.

Una de las paradas indispensables es el monasterio de Ripoll, fundado en el siglo IX por Guifré el Pelós, este conjunto románico se convirtió en uno de los centros culturales más importantes de la Europa medieval. Las visitas guiadas por su basílica, el claustro, la necrópolis y su maravillos portalada son una buena opción para conocer todos sus detalles.

Pero en toda la comarca se pueden apreciar vestigios de una época en la que el Ripollès fue un gran centro de poder que le ha valido el apelativo de Cuna de Catalunya. Los monasterios de Sant Joan de les Abadesses y de Sant Pere de Camprodon, el espectacular santuario de Montgrony, colgado literalmente en la montaña, o el puente nuevo de Camprodon hacen que nos teletransportemos a la época del conde Arnau y sus leyendas.

Las majestuosas montañas del Ripollès se pueden recorrer en mil rutas a pie o en bicicleta, pensadas para todas las edades y perfiles: paseos en familia, rutas BTT, o incluso un ascenso hasta el puerto de montaña de Vallter, el más elevado de Catalunya.

Fauna y flora al alcance

El Parque Natural de les Capçaleres del Ter i del Freser está rodeado por montañas de casi 3.000 m. como el Puigmal o el Bastiments, con su fauna y flora espectaculares. Subir al monasterio de Núria en su cremallera o ver osos y lobos en Molló Parc Animales es otra opción para disfrutar de la naturaleza. Y no hay que dejar pasar la oportunidad de probar los quesos y productos de la comarca en sus mercados y tastets.

Más información: www.elripolles.com

Fageda d’en Jordà

Un bosque encantado

En un mundo cada vez más ruidoso y edificado no es tan fácil lograr perderse entre árboles centenarios. La Fageda d’en Jordà, en Olot (La Garrotxa) es un paraje único, una Reserva Natural en estado puro, en la que parece que al caminar por sus senderos debería de aparecer un gnomo o un hada en cada rincón. Hayas majestuosas que ofrecen un verde y una sombra terapéuticos en pleno verano.

De la Fageda parten rutas para visitar los volcanes de la zona. Entre la cuarentena de conos volcánicos y las más de 20 coladas de lava, destacan el Croscat, con una altitud de 550m y su magnífica grieta, y el Montsacopa, con su cráter circular de 120 m. de diámetro, y la pequeña iglesia de Sant Francesc construída en su cima. Y un apunte: no hay que olvidarse de degustar las patatas de Olot durante la visita.