Cuatro rutas de enoturismo :: El Periódico

Cuatro rutas de enoturismo

La diversidad del paisaje, vista desde los viñedos

Aunque puede parecer que todo parte del mismo lugar, el viñedo, lo cierto es que recorrer Catalunya para explorar sus 12 denominaciones de origen vinícolas permite descubrir paisajes totalmente distintos, con una personalidad propia que luego se transmite a sus vinos.

El enoturismo sigue creciendo y existen infinitas posibilidades que combinan las visitas a una bodega y su entorno natural (con cata incluida) con todo tipo de actividades, desde recorrer los campos en ‘segway’ hasta participar en la vendimia. Estas son cuatro rutas con el vino como excusa, una por cada provincia catalana.

01. PRIORAT

Escaladei, fuente de conocimiento

El paisaje del Priorat (Tarragona) es inconfundible, con sus terrazas de licorella desafiando su orografía abrupta. Un buen lugar para empezar es la Cartoixa d’Escaladei, el primer monasterio de la orden de los cartujos que se edificó en la península, en el siglo XII. Fueron los monjes los que durante aquellos años enseñaron a los agricultores a sacar provecho de los viñedos. Así que visitar sus restos –parte del portal barroco, una celda y la iglesia– es una buena manera de darles las gracias. También se puede maridar vino y cultura en la bodega modernista agrícola Falset Marçà (DO Montsant), considerada una de las catedrales del vino.

02. COSTERS DEL SEGRE

Vinos que nacen del contraste

Los vinos de la DO Costers del Segre (Lleida) nacen del contraste, de los inviernos fríos y los veranos cálidos. Sin embargo, existen hasta siete subzonas de producción, por lo que también existen diferencias entre ellas que conviene conocer para captar los matices de sus vinos (y aprovechar para descubrir parajes que se alejan de los destinos turísticos habituales). Algunas de sus bodegas practican la agricultura orgánica, otras están situadas por encima de los 1.000 metros y otras usan unas cubas de piedra del siglo XII. En todo caso, muchas abren sus puertas después del verano para que los visitantes puedan participar en la vendimia.

03. EMPORDÀ

Entre la ‘tramuntana’ y el Mediterráneo

Una ruta por la DO Empordà (Girona) permite contemplar un paisaje de viñedos a medio camino entre el mar y la montaña, que van desde el mar hasta los 260 metros de altitud. Son viñedos con carácter, capaces de resistir la fuerza de la tramuntana. Además, desde la denominación de origen organizan actividades singulares, como una excursión guiada por los parques naturales del Alt Empordà con burricleta, una bicicleta rural eléctrica. También se puede participar en cenas al aire libre, conciertos entre viñedos, vendimia en familia, visitas teatralizadas y visitas nocturnas para pasear entre viñedos bajo las estrellas.

04. PENEDÈS

Tradición y también innovación

Cualquier visita a la DO Penedès (Barcelona), la que más vino produce en Catalunya, debe empezar por sus dos centros neurálgicos: Vilafranca del Penedès y Sant Sadurní de Anoia. La primera seduce por su arquitectura gótica y modernista y la segunda acoge las dos marcas de cava más emblemáticas: Codorníu y Freixenet. Pero, más allá de los focos, existen infinidad de propuestas para que la experiencia sea memorable. Por ejemplo, aprender a podar viñedos o recorrer los viñedos con BTT y segway. Y si se busca tranquilidad, muchas bodegas del Penedès cuentan con espacios chill out para degustar una copa al anochecer.