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“Todo el mundo debe contar con un techo seguro”

Entrevista con la Associació de Veïns i Veïnes Barri Maresme
Texto: Anna Solà

El plan de regeneración urbana impulsa un programa piloto para el parque residencial del barrio de El Besòs i el Maresme. El primer paso son las inspecciones técnicas, ya en curso.

Fortalecer el tejido comunitario y vecinal es una de las prioridades del plan Superilla. Cimentar la ciudad pasa por garantizar que los ciudadanos puedan quedarse en sus barrios, fortalecer el sentimiento de pertenencia, impulsar una transformación social y garantizar el apoyo vecinal a través de una red sólida. Son numerosas las luchas vecinales cuyas reivindicaciones han servido para visibilizar una problemática, y que hoy en día celebran sus éxitos en forma de mejoras en plazas y calles. Así está sucediendo en el barrio de El Besòs i el Maresme, en el extremo de la ciudad colindando con Sant Adrià de Besòs, donde el tejido asociativo ha luchado incansablemente para regenerar el parque residencial del barrio.

El programa Superilla incluye un plan de regeneración urbana, cuyo proyecto piloto ya ha empezado en los edificios de El Besòs i el Maresme que más lo requieren. Las situaciones de infravivienda y de seguridad habitacional son comunes en esta zona, con edificios construidos a inicios de los años 60 y con algunos problemas estructurales vinculados con la construcción rápida y la aluminosis y la falta de mantenimiento. Muchos de ellos también tienen situaciones de ocupación y otros están afectados por el abandono de la propiedad, en algunos casos entidades bancarias y fondos buitres. «Para ello pedíamos una campaña de inspecciones que nos permitiera, además de saber cómo está el parque de viviendas, instalar de forma urgente medidas cautelares para garantizar la seguridad de los vecinos y vecinas», explica Teresa Pardo, vocal de vivienda de la Associació de Veïns i Veïnes Barri Maresme, que reconoce que son frecuentes las intervenciones de bomberos en estos edificios.


«Para nosotros, es básico que todos los vecinos y vecinas tengan un techo seguro», apunta José Manuel López, presidente de esta asociación.


Sobre la regeneración urbana reconocen: «no habíamos visto un planteamiento así en décadas», sentencia convencida Teresa Pardo. El primer paso del programa Superilla en este barrio son las inspecciones técnicas, que servirán para definir cómo regenerar el parque residencial. Las actuaciones para la rehabilitación empezarán a inicios del año que viene.


Teresa Pardo, Vocal de vivienda de la Associació de Veïns i Veïnes Barri Maresme y José Manuel López, Presidente de la Associació de Veïns i Veïnes Barri Maresme.


«Pese a que llegan con retraso, recibimos estas actuaciones con optimismo. Se está haciendo la campaña de inspecciones y se está acabando de concretar el convenio con las comunidades que están dentro del proyecto piloto, que son ocho», explica Pardo. El programa actual facilita que los vecinos accedan a las subvenciones para la rehabilitación: «han cambiado las condiciones, los vecinos pagan cada uno su parte y tienen facilidades en el pago», destaca Pardo, que subraya que se trata de un «abordaje integral».


Tal como explican los miembros de la asociación, en la rehabilitación de los edificios incluidos en el programa piloto se tendrán en cuenta cuestiones de eficiencia energética como el cambio de ventanas y la instalación de placas fotovoltaicas, la parte estructural y, se construirán y ampliarán balcones. «Sin embargo, necesitamos garantías para que estas medidas se traduzcan al resto del barrio», reivindica Pardo. «En este barrio hay 203 comunidades, mientras que en el proyecto piloto solo se incluyen ocho», añade.


Una reforma integral


El programa de regeneración urbana, cuya intención es mejorar barrios y recintos, es una de las principales medidas que se llevan a cabo en el barrio, cuya problemática es diversa: «es uno de los barrios con una de las rentas más bajas de Barcelona», explica López. «En la intervención en el barrio, es necesario también un acompañamiento social que rompa la brecha social y económica», matiza Pardo.