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Una explosión de verde

Entre el 2015 y el 2023, la ciudad habrá ganado 80 hectáreas de parques y jardines
Texto: Carme Escales

El devenir más saludable de la ciudad de Barcelona tiene en sus parques un puntal esencial como pulmones verdes que airean el entramado urbano, ayudan a reducir el tráfico rodado y la contaminación y conectan a sus vecinas y vecinos con un entorno natural, que además favorece la estancia y el ejercicio al aire libre. Mejorar los espacios verdes ya existentes y crear nuevas zonas con vegetación son una prioridad del Ajuntament de Barcelona, tal como recoge el plan Superilla.

De esta forma, desde el 2015 y hasta el 2023, la capital catalana habrá ganado 80 hectáreas de zonas verdes. En este marco, el consistori promueve una cultura del mantenimiento del verde en la ciudad en corresponsabilidad con la ciudadanía, para que sea más sostenible y tenga más beneficios para la comunidad y los sectores de población más vulnerables, como los niños y niñas y las personas mayores. La ciudad cuida los parques, jardines, arbolado y zonas forestales con criterios de sostenibilidad y respeto al medioambiente.


El programa libera el espacio público para caminar y pasar tiempo en las zonas verdes

Todo ello permitirá avanzar hacia la transición ecológica de la ciudad, así como una mejor de la gestión de plagas, enfermedades y de la biodiversidad y la calidad del medio ambiente urbano. El verde también reporta beneficios para la salud y la calidad de vida de la ciudadanía, en una ciudad en la que la contaminación causa cerca de 1.000 muertes prematuras al año. Además de los beneficios en materia de sostenibilidad, los espacios verdes ofrecen lugares al aire libre para la estancia, el ocio, el deporte y el fomento de la convivencia, tal como ejemplifica la Clariana de Glòries, una hectárea con césped pensada para la estancia, trabajar, leer, conversar o relajarse.


Estos espacios cuentan también con espacios de juego infantil, instalaciones para que las personas mayores practiquen ejercicio, instalaciones de ocio y áreas de esparcimiento para perros. Los principales y más ambiciosos proyectos de actuación impulsados por el plan Superilla en materia de espacios verdes se centran en el Parc Central de la Marina del Prat Vermell; el Parc de Can Batlló y el Parc de la Colònia Castells.


La Marina del Prat Vermell, históricamente una zona agrícola y ganadera, y hoy en pleno crecimiento, es uno de los barrios en auge de Barcelona. Diversos proyectos, como la instalación del nuevo recinto ferial y el proyecto del distrito de negocios D38 lo convierten en uno de los sectores de la ciudad más dinámicos urbanísticamente. La efervescencia de esta zona de Barcelona tendrá como uno de sus protagonistas un gran pulmón verde para el barrio, un gran parque central de 20.000 m2, el Parc Central de la Marina del Prat Vermell.


En él habrá una plaza central, una zona estancia y recreo, un jardín en pendiente, un gran prado y el jardín del SUDS, siglas que designan el sistema urbano de drenaje sostenible que se instalará en él. Serán cinco espacios conectados entre ellos, fruto de un consenso que recoge sugerencias de vecinos del barrio, una gran superficie de vegetación para recreo y paseo.


Recreación del Parc de la Marina Prat Vermell.


Sants-Montjuïc y Les Corts


El barrio de la Bordeta, en Sants-Montjuïc, alberga otro gran espacio de la ciudad en proceso de reurbanización. Está proyectado el nacimiento del Parc de Can Batlló, un espacio verde de 26.000 m2 que se convertirá en un pulmón verde para el distrito, contemplando también la salvaguarda y revalorización del patrimonio industrial. La infraestructura de los talleres de Can Batlló será parte de un nuevo entorno urbano saludable, al servicio de vecinos y vecinas. Para este nuevo parque de la ciudad se prevé la plantación de un bosque, la construcción de un camino de agua que recorrerá el entorno, y la instalación de una zona de juegos infantiles para el disfrute y recreo de niños y niñas del barrio. También está prevista la instalación de 3.520 m2 de placas fotovoltaicas y la reurbanización de viales y plazas del entorno.


Can Batlló, en el barrio de La Bordeta, se convertirá en un pulmón natural

Por otro lado, en el distrito de Les Corts, la antigua Colonia Castells, el conjunto de casitas que albergaron a las familias de trabajadores de la fábrica de barnices Castells (1923-2000), será reurbanizado. Serán 10.000 m2 en los que predominarán las zonas verdes, con una plaza central. Habrá recorridos para pasear, zonas de descanso con bancos, huertos urbanos comunitarios, un espacio de juego infantil con columpios de materiales sostenibles y un circuito para que las personas mayores puedan ejercitar su musculatura.


La esencia cultural permanece


La ciudad no está formada por solamente sus estructuras, calles y barrios. La forman también sus usos del espacio y su herencia y actividad cultural, intelectual, histórica, vivencial y relacional. Por ello, en la recuperación de recintos que contempla el plan Superilla, como Can Batlló, la Colònia Castells, La Model o la antigua fábrica Mercedes-Benz, está proyectada la construcción de nuevos espacios verdes para la ciudad, pero a la vez la regeneración de las instalaciones existentes con responsabilidad, revalorizando el patrimonio historicoartistico y antropológico existente, teniendo en cuenta que en su mayoría son espacios con una importante carga de memoria cultural.


En la metamorfosis de la ciudad, el gobierno municipal valora y quiere mantener y preservar el patrimonio arquitectónico y corpus cultural, que confiere una identidad urbana característica a la capital catalana. Con proyectos de este calibre, tiene la oportunidad de crear nuevas iniciativas de ciudad para fomentar la actividad y la innovación, además de paliar la escasez de espacios verdes y equipamientos de barrio. Muchos de ellos son fruto de un proceso de decisión colectivo y participativo, y el resultado de luchas vecinales. El objetivo es mejorar la permeabilidad al barrio y asegurar la construcción de vivienda o equipamiento necesario.


La ciudad es un complejo sistema que debe ser vivido, utilizado, rehecho y reconstruido, preservando los rasgos que le confieren carácter, pero sin convertirla en un espacio solamente para ser contemplado, como si de un museo se tratara.