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Más salud y mejor conexión

El programa Superilla apuesta por el transporte público, la pacificación del tráfico y la expansión del carril bici
Texto: Núria Bonet

El gran reto de Barcelona en el campo de la movilidad pasa por pacificar el tráfico, lograr reducir la contaminación, extender y mejorar el servicio de transporte público y aumentar las zonas para peatones. La apuesta por una movilidad sostenible, activa y saludable queda reflejada en las actuaciones que está llevando a cabo el ayuntamiento de la ciudad y que se recogen en el proyecto Superilla Barcelona.

Se expande la red de carriles bici hasta llegar a los 270 km en el 2023

Actualmente, la ciudad cuenta ya con un 85% de los desplazamientos dentro de la urbe realizados a pie, en transporte público y en bicicleta, lo que sin duda es un indicador muy favorable. Sin embargo, tal y como recoge la Mesura de Govern Superilla Barcelona per regenerar Barcelona i els seus barris, la contaminación, el ruido, los siniestros, la ocupación del espacio y la emergencia climática son todavía elementos asociados a la movilidad motorizada en los que hay que trabajar para mejorar las condiciones de vida de la ciudadanía. Para ello, las transformaciones del espacio público que se están ejecutando priorizan claramente al peatón y la bicicleta, y las conexiones de transporte público, con el objetivo de impulsar aún más esa movilidad sostenible. Por otro lado, a través del decreto ciudad 30 –de inicios del 2020–, se busca que el 75% de las vías de la ciudad sean a 30 km/h, algo que, además de repercutir en los ejes verdes, reducirá la siniestralidad en las calles. El plan Superilla prevé pasar de los 240 km de carril bici a los 272 km en el 2030, con la conexión de grandes avenidas, como la ronda del Guinardó, la bajada en calzada de Diagonal y la Gran Via, que se comenzarán a ejecutar en las próximas semanas. El resto de actuaciones vinculadas al carril bici, está previsto que se lleven a cabo durante el año que viene, con un presupuesto total de 30 millones de euros.


Área metropolitana


Cada día entran a Barcelona más de medio millón de vehículos procedentes de las cercanías de la ciudad. Para paliar esta situación, buena parte de las actuaciones se centran en mejorar las conexiones interurbanas en transporte público. Para ello, se están desarrollando los grandes nodos ferroviarios intermodales de la Sagrera y de Sants. En el primer caso, se están ejecutando obras de urbanización que unen los barrios con las estaciones de Sant Andreu Comtal y La Sagrera y el futuro parque del Camí Comtal de casi 40 hectáreas.


Sant Martí. Tranvía por delante del centro comercial Diagonal Mar.


Estas actuaciones conllevan unas 10.000 nuevas viviendas, la mitad de las cuales de son protección. Se crea un gran nodo donde se podrá intercambiar entre los trenes de cercanías, regionales, media distancia y alta velocidad, líneas de metro (L4 y L9), autobuses interurbanos, bicicletas, taxis y vehículo privado. A su vez se cosen las dos orillas de las infraestructuras ferroviarias con nuevas calles y zonas verdes y se construye la nueva estación de Sant Andreu Comtal.


A todas estas grandes actuaciones, se le suman las tres nuevas estaciones de la L10 Sud que dan servicio al polígono industrial de la zona franca, inauguradas la semana pasada; la nueva estación de Ernest Lluch de la L5 de metro, que entró en funcionamiento el pasado verano; y la conexión del tranvía por la Diagonal, asignaturas pendientes que comienzan a ser una realidad.


Un plan para Sants


La estación intermodal de Sants es el nodo de transporte público más importante de Catalunya y actualmente se está proyectando su futuro y el de su entorno. La nueva estación dispondrá de un 30% de producción fotovoltaica y de diversas medidas de eficiencia energética como ventilación natural y buenas condiciones de climatización. Tal como recoge el plan Superilla Barcelona, se construirán nuevos accesos a la estación peatonal y se reordenará la circulación de los autobuses interurbanos. La transformación del espacio público incluirá más verde y más espacios peatonales, eliminando el tráfico privado de motor.