Un barco catalán de vela 100% reciclable, finalista en un prestigioso premio de sostenibilidad

El aumento de la concienciación ambiental ha llevado a la industria náutica a plantearse cómo solucionar el problema de qué hacer con los barcos cuando llegan al final de su vida útil. “Se ha dejado durante demasiado tiempo construir barcos de forma poco sostenible. Hay muchos puertos náuticos con embarcaciones abandonadas porque no se sabe qué hacer con ellos, ya que no existe un desvalijamiento programado, como se instauró con los coches”, explica Ramón Aixemeno, el diseñador del primer barco de iniciación a la vela 100% reciclable.

Las investigaciones se centran en encontrar materiales sostenibles que sustituyan a la fibra de vidrio, que pese a no ser reciclable, se usa por su flexibilidad, durabilidad y resistencia al peso y a los impactos. Fruto de esta búsqueda, se ha construído Klima, un optimist o embarcación de vela deportiva que utilizan las escuelas de navegación y los jóvenes principiantes, ya que, al ser generalmente de un solo tripulante, permite ganar seguridad y desarrollar habilidades.

Aixemeno explica que Klima representa una innovación en la construcción de embarcaciones sostenibles porque se ha elaborado con resinas reciclables y fibras naturales, sin que ello reduzca su rendimiento y la seguridad. Concretamente, se ha utilizado fibra de basalto y de lino, y se ha sustituido el PVC por polietileno reciclado, que mediante una disolución de ácido acético permite separar el material y reutilizarlo en otros productos plásticos. Glooers Technologies y Mel Composites han participado aportando su conocimiento en los materiales, en un proyecto promovido por la Fundación Barcelona Capital Náutica.

Además de reciclable, el material resultante es de mayor calidad al de la fibra de vidrio. “El encarecimiento del producto se compensa mediante un montaje más sencillo, ya que solo hay que producir y encajar dos piezas”, destaca Aixemeno, que fabrica las embarcaciones en su empresa familiar, Naaix. Esta simplicidad permite aumentar la seguridad: “al contrario que en el modelo actual, no entra nada de agua y, por lo tanto, se evita tener que achicarla”.

Precisamente, la nueva propuesta está pensada para sustituir el Optimist iod 95, extendido en todo el mundo. “Empezar por los jóvenes que se inician en la vela permite dar a conocer cuál es la situación actual en lo que se refiere a la sostenibilidad de las embarcaciones”, valora el creador del barco, que es además formador de esta categoría de vela. El proyecto de Klima continuará con la evaluación del ciclo de vida de esta embarcación y con actividades de promoción de la sostenibilidad a través de la educación y la concienciación ambiental. El director general de la Fundación Barcelona Capital Náutica, Ignasi Armengol, explica que "más allá de la construcción de la embarcación, que es un éxito de la ingeniería y muestra la capacidad de los astilleros catalanes y el potencial local de nuestra economía azul, al tratarse de un barco de iniciación nos da pie a aumentar la conciencia entre el público más joven sobre la sostenibilidad y el cuidado de nuestros océanos”.

Klima forma parte además de un proyecto que, en asociación con el Club de Vela Ballena Alegre de Sant Pere Pescador (Alt Empordà), ha sido seleccionado finalista del prestigioso premio World Sailing 11th Hour Racing Sustainability Award. Esta iniciativa, que compite con otras tres propuestas, apuesta por aprovechar los eventos náuticos como una herramienta para promover la concienciación ambiental. Tras diversas acciones desarrolladas durante varios eventos deportivos el pasado verano, el público volverá a ver Klima y podrá conocer la importancia de una navegación sostenible y el disfrute del mar con el máximo respeto a su biodiversidad durante la celebración de la Copa América de Vela, de agosto a octubre de 2024.