Entrevista YOTELE

Juanra Bonet, sobre participar en un reality: "Quiero estar cerca de casa y no ponerme vacunas para ir a trabajar"

El presentador se pone al frente de 'Traitors', que llega esta noche a Antena 3 con una edición de concursantes anónimos.

Juanra Bonet presenta 'Traitors'

Juanra Bonet presenta 'Traitors' / Atresmedia

Carlos Merenciano

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Madrid
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Juanra Bonet se ha convertido en uno de los presentadores que ha pasado por más formatos de Atresmedia. Desde 'Boom' pasando por '¿Quién quiere ser millonario?', ahora se pone al frente de 'Traitors', la primera incursion de Antena 3 en un reality en más de una década, y que vuelve tras su paso por Max con una edición de concursantes anónimos. YOTELE ha tenido la ocasión de hablar con el conductor del espacio y preguntarle por su experiencia en este reality que define como un thriller y un espectáculo visual.

YOTELE: ¿Cómo me definirías ‘Traitors’ para quien no haya oído hablar del programa?

JUANRA BONET.: Es un juego que tiene lo mejor de los realities, que es verdad y pasión. Lo mejor de los concursos, que son pruebas espectaculares de fuerza, destreza, inteligencia, en exteriores y tal, muy aventureras. Y luego también es un thriller en el que el espectador sabe quiénes son los asesinos y lo que están viendo son 18 jugadores improvisando en tiempo real una novela de Agatha Christie que todavía no se ha escrito.

Fíjate que el primer capítulo empieza con la presentación de personajes en un viaje en tren. Pocas cosas definen mejor el thriller: este clásico de Poirot y de Miss Marple, como el viaje en el tren y presentando a los concursantes y tal, quiénes serán los traidores y demás. 

Una cosa muy curiosa es que tú cuando ves un concurso por la tele, con concursantes anónimos, por muy espectacular que sea, muy divertido, todos quieren la pasta y se pregunta: "Oye, ¿tú el dinero para qué lo quieres? ¿Qué harías con él?" Pero aquí la sensación que tienes todo el tiempo es que los jugadores están echando una partida. Y muchos nos lo dicen, además. Muchos en los castings nos decían: "Ostras, yo un reality no iría, pero ‘Traitors’ lo hacía. Yo un concurso de la tele yo no me veo, pero ostras, yo una partida de esto quiero echar". Y es esa sensación todo el tiempo, de gente que ha jugado mucho a esto y que quiere echar su partida.

Y: Y hablando de premios, ¿aquí hay un premio final como puede haber en otro tipo de realities o simplemente es como el ganar la experiencia?

J. B.: Sí, hay un premio que puede llegar hasta 50.000 euros.

Y: ¿Viste la edición anterior antes de que te propusieran esto?

J. B.: Sí, sí. La edición anterior junto con la de la BBC, la británica, son nuestra referencia. Peris-Mencheta fue el que fundó la manera de hacer ‘Traitors’ en España.Y aparte nos dirigió la misma persona, o sea que está clarísima la referencia.

Y: ¿Qué fue lo primero que pensaste cuando te propusieron presentar esto?

J. B.: Pues euforia. Es un formato increíble. Es divertidísimo, es entretenido y además es una zona muy… como espectador también parece un programa seguro. Porque estás viendo como buen reality a gente jugando de verdad, exponiéndose y tomándose muy en serio el juego. Traicionándose, engañándose, conspirando, haciendo estrategias, pero tienes la tranquilidad de que son las reglas del juego.

Porque cuando acaba el programa no se arrastra afuera, no trasciende, no hay gente que lo pasa mal, que pasa un mal rato y tal. Entonces era muy divertido, por ejemplo, en una mesa redonda, en una mesa de destierro, ver cómo expulsaban a una persona. Esa persona igual se llevaba un disgusto enorme, lloraba, se enfadaba y tal. Era desterrada y al acabar esa grabación, yo me acercaba a despedirme siempre, y siempre me encontraba la misma reacción: una vez tocaba la puerta de la habitación y me abrían, esa persona que estaba llorando y enfadada, ya no existía. Era solamente un crío con los ojos iluminados de "qué bien me lo he pasado, qué divertido, qué divertido".

Había esa magia, esa seguridad de decir: vale, esta gente lo está pasando mal, pero porque está jugando. Me gusta mucho pensar que son adultos jugando como niños, porque juegan con una intensidad, con un compromiso con el juego y con una verdad, que yo eso solo lo he visto en el parque, siguiendo un balón o jugando al suelo es lava. No hay nadie jugando desde la ironía de: "bueno, es un reality, poco a poco ya veremos".

No, no, no. Están metidísimos en descubrir quiénes son los traidores, en ocultarse bien como traidores, en buscar pistas. Por eso te digo que me gusta mucho eso, que son adultos jugando con toda la verdad y la intensidad que tienen los niños.

Y: ¿Y cuál crees que va a ser la principal diferencia entre ediciones de famosos y ahora que vais a jugar con anónimos?

J. B.: Es una pregunta a la que me tengo que enfrentar también cuando he hablado de ‘¿Quién quiere ser millonario?’ y me doy cuenta, cuando intento responderla, que me pasa lo mismo en ambos programas. Son uno como otro, son juegos en los que la mecánica, la mitología es tan potente que el anónimo es anónimo los primeros diez minutos y el famoso es famoso los primeros diez minutos. Una vez empieza el juego, ya ves a una persona jugando y echando una partida. Más allá de que puedes tener el morbo de un famoso en concreto o ver cómo se desenvuelve en cierto contexto, el espectador también se olvida. 

La gracia de los anónimos es ir descubriendo gente, porque incluso hay gente que en el casting te dice una cosa que es verdad y luego empieza el juego, se presenta y está mintiendo ya desde el primer momento. "¿A qué te dedicas?" "Pues me dedico a no sé qué", y dices: "¿cómo? Pero si dijiste eso en el..." Y luego te dicen: "no, voy a mentir, porque si sabes mi profesión de verdad, igual..." Y ya dices: "pero bueno...". Vienen con una estrategia en la cabeza, que lógicamente se cae cuando empieza el juego.

Y: Aquí, en ‘Traitors’, digamos que se puede aplicar la frase también de “todo se magnifica”, ¿no? Y no sé si se nota cuando alguien está mintiendo o la tensión hace que todo el mundo parezca culpable en un momento determinado.

J. B.: Todo se sobreinterpreta. Todo, todo. Muchísimo. Incluso por mi parte. O sea, si yo hago una mirada o un gesto, como soy la persona con la que los jugadores tienen relación, que tiene más información, pues claro, muchas veces se fijan mucho de a dónde miro, cuando digo "los fieles y los traidores”, dicen “ha mirado a la izquierda, no a la derecha, pero con la mano estaba haciendo no sé qué”, ¿sabes? Más que magnificar emociones, se sobreinterpretan todos los gestos.

Y: Y ahora que Antena 3 vuelve al mundo reality, no sé si alguna vez te han tentado para participar en alguno, si aceptarías o si hay alguno que te apetece.

J. B.: Yo todo lo que sea presentar, encantado.

Y: No, me refiero a concursando.

J.B.: No, no, no. Tengo 50 años, dos hijos. Quiero estar cerca de casa y no quiero ponerme vacunas para ir a trabajar, ¿sabes? No soy una persona aventurera.

Y: ¿Y presentando te verías?

J. B.: Sí, presentando sí. Es divertido.