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Santiago Arriazu, quien negoció el pago de Juan Carlos I a Bárbara Rey, habla por primera vez: "Que coño va a haber un chantaje"

El negociador se expresa en 'TardeAR' tras casi tres décadas de silencio.

Beso entre Bárbara Rey y Juan Carlos I

Beso entre Bárbara Rey y Juan Carlos I / Privé

Carlos Merenciano

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Madrid
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Santiago Arriazu, el periodista que estuvo en el centro de la polémica por la presunta existencia de un vídeo comprometedor de Bárbara Rey y el rey Juan Carlos I, ha hablado en exclusiva para 'TardeAR'. En la entrevista, Arriazu ha reconocido sin rodeos su papel en la operación que llevó a la destrucción del material a cambio de cinco millones de pesetas. "Naturalmente, nadie lo niega. Lo has dicho muy bien, fui mediador. Yo diría negociador", afirmó cuando se le preguntó si actuó como enlace entre la vedette y el CNI.

Según su relato, fue la propia Bárbara Rey quien acudió a su casa buscando ayuda y le mostró el material. "Me trajo cintas y todo lo que se ha dicho, todo. Y el famoso vídeo", explicó el periodista. Ante esta situación, valoró tres opciones: "O me quito y que se busque la vida, o se publica, o ver si llegaban a un acuerdo entre las partes". Optó por la última alternativa, aunque con una gran preocupación: "Decía que la iban a matar. Me trajo hasta una rueda cortada con un cúter. Se sentía muy amenazada".

La actriz calificó en su momento la operación como un chantaje a la Casa Real, pero Arriazu lo desmiente con rotundidad. "Primero, no hay chantaje ni aunque lo diga ella, qué coño va a haber chantaje. Lo que se hizo fue negociar: yo tengo esto, tú tienes esto. Una negociación muy difícil", sostuvo. Según sus palabras, la transacción tardó tres meses en cerrarse, pero una vez resuelta, "todo el mundo estaba bien".

Sobre el destino de la cinta, el periodista reveló que no todo el material fue destruido y que el vídeo no era de "alta definición", pero sí permitía identificar claramente a las personas que aparecían en él. Además, aseguró que antes de eliminarse "nadie lo quiso ver", salvo él mismo y un notario, quien certificó su autenticidad. "Tomó nota de que ese vídeo era auténtico y estaban quienes estaban", explicó Arriazu, añadiendo que no tiene constancia de que el rey Juan Carlos I llegara a visionarlo.