Condición indispensable

Una soltera muy exigente con los requisitos de su cita en 'First dates': "Estoy harta de los mentirosos"

Marisa puso la verdad como la condición más importante para volver a darle una oportunidad a un hombre

Un soltero hace cambiar la opinión de su cita en 'First dates': "Es un osito de peluche"

Un soltero hace cambiar la opinión de su cita en 'First dates': "Es un osito de peluche" / Cuatro

Redacción Yotele

Redacción Yotele

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Marisa acudió a 'First dates' con un perfil muy claro para encontrar nuevamente el amor. "Me he casado dos veces y me he separado las mismas. No es que no haya tenido suerte, pero muchas veces una no tiene vista. Estoy harta de los mentirosos, de los que van de graciosos y tienen la gracia en los pies", advirtió a Carlos Sobera antes de conocer al soltero que trataría de conquistarla.

La soltera apenas dejó margen al presentador para entablar una conversación sobre el tipo de hombre que buscaba, sin embargo, tampoco fue necesario ya que Carlos Sobera captó al instante cuales eran sus requisitos para volver a confiar en el amor. El programa la concertó una cita con Joaquín, un hombre que aseguraba no saber ligar a día de hoy: "Muchas veces las mujeres comentan que su cita habla mucho, o que habla poco, que no escucha, que no pregunta... no sé cómo actuar".

La primera impresión de Marisa no fue la esperada: "No es mi tipo, sinceramente, para qué te voy a engañar", se sinceró ante los redactores del programa. A pesar de este sentenciador primer vistazo, Joaquín fue ganando puntos conforme iba dando a conocer su gran pasión por la cocina y viajar: "Me ha llegado a lo más profundo de mi ser", aseguró Marisa muy contenta.

El sexo, uno de los temas que Marisa considera muy importantes en la relación, también formó parte de la conversación. A Joaquín no le importó hablar abiertamente sobre el tema: "Toda mi vida he hecho el amor, los juegos, los preliminares, pero un aquí te pillo y aquí te mato puede darse algún día", afirmó sin tapujos ante una atenta Marisa que terminó soltando una carcajada: "Ay, por favor, me entra la risa".

La decisión final, a pesar de no estar clara en un principio por la mala primera impresión de Marisa, finalmente ambos aceptaron tener una segunda cita por cómo había transcurrido la velada: "Es un osito de peluche, pero es divertido, no es el típico aburrido que no tiene conversación", cambiando totalmente su discurso inicial que había mandado a perder la cena en un primer momento.