“Es una experiencia interesantísima”

Rocío Jurado quiso ir a Eurovisión, pero no se la consideró apta

La intérprete de ‘Como una ola’ formó parte de ‘Pasaporte a Dublín’, un programa en el que compitió con Nino Bravo, Jaime Morey o Encarnita Polo por representar a España en el festival | Ganó Karina gracias a los puntos de un jurado al que Mohedano no terminó de convencer pese a poner toda la carne en el asador: las crónicas de la época aseguran que acabó penúltima

Rocío Jurado, durante una de las actuaciones que protagonizó en ’Pasaporte a Dublín’.

Rocío Jurado, durante una de las actuaciones que protagonizó en ’Pasaporte a Dublín’.

Pedro del Corral

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Suena la brisa del mar, mientras un halo de luz se dirige al escenario. Ahí está ella, contenida y delicada frente a los primeros acordes de Como una ola. Sus ojos brillan y su garganta se afila. De repente, enfundada en uno de sus icónicos vestidos, el torbellino se desata. "Grabé tu nombre en mi barca, me hice por ti marinero", empieza a entonar. Su voz suena volcánica, inquebrantable. Es capaz de atravesar paredes con tal de zarandearnos por dentro. La interpretación continúa sobre un fondo negro que marca los volantes de sus puños. Entonces, la cámara se centra en su mirada, tan profunda como desafiante… Y rompe el popular estribillo. Casi con el corazón en la boca, Rocío Jurado deja al público sin respiración.

De haber existido esta actuación, La más grande hubiese conquistado Eurovisión. Era uno de los sueños que dejó pendientes durante su juventud, aunque luchó por él como ninguna otra. De hecho, participó en una especie de Operación Triunfo de 1970 para hacerlo realidad. Compitió con garra contra Nino Bravo, Los Mismos o Encarnita Polo, pero un comité consideró que no estaba preparada para asumir semejante reto.

"Nací en Chipiona. Mi primera actuación profesional tuvo lugar en Madrid de la mano de Pastora Imperio y Gitanillo de Triana. Después, junto a Manolo Escobar y El Príncipe Gitano, hice mi debut en el teatro […]. He viajado ya tres veces a Hispanoamérica. En 1967, me distinguieron con el título Lady España y, en 1968, la radio me consideró la mejor cantante. Tengo grabadas un centenar de canciones y pronto aparecerá un nuevo long play".

Así se presentó Roció en Pasaporte a Dublín, la primera preselección que España organizaba para acudir al certamen. Hasta la fecha, la elección de nuestro representante se hacía de manera interna por parte de TVE. Los éxitos de Raphael, Conchita Bautista o Salomé habían revolucionado a la audiencia, pero también a los artistas patrios, que vieron cómo las carreras de sus colegas se encumbraban tras su paso por este formato.

A lo largo de 12 episodios, un selecto grupo de estrellas soñó con alcanzar el festival en 1971. En estos programas, cuya emisión se inició el 17 de octubre de 1970, los cantantes tenían un objetivo: enamorar a un tribunal con su propio repertorio. Es decir, a diferencia del Benidorm Fest, aquí no se presentaban composiciones nuevas. Primero, se elegía al intérprete y, después, se le hacía un tema a medida. En total, concurrieron 10 nombres: a los cuatro ya mencionados se sumaron Cristina, Conchita Márquez Piquer, Karina, Jaime Morey, Junior y Dova.

Sin contar la gala inicial y la final, cada uno protagonizó un capítulo para que los espectadores pudieran hacerse una idea clara y concreta de su personalidad. Así, todos los sábados, uno tomaba la batuta y el resto realizaba popurrís de acuerdo a una temática previamente establecida. Por ejemplo, baladas latinoamericanas, cánticos infantiles, villancicos, melodías de los años 20… El que protagonizó Rocío, retransmitido el 14 de noviembre, estuvo dedicado a los éxitos de cine.

Estas normas fueron explicadas por Massiel y Julio Iglesias, que actuaron como maestros de ceremonia en la primera entrega. "Si algún día nos preguntasen cuál fue el momento más importante de nuestra vida, diríamos aquella noche en la que aparecimos en las pantallas de Europa", relató el intérprete de Gwendolyne. A lo que la responsable del La, la, la añadió: "Lo fue, pero espero que tengamos otras muchísimo más brillantes. A quien salga hoy seleccionado le deseamos una suerte maravillosa".

Marisol declinó la invitación

La gran pregunta es cómo se eligió a estos 10 referentes. La responsabilidad recayó en un comité de expertos, en el que se localizaban componentes de Televisión Española, la Sociedad General del Autores de España y el Sindicato Nacional del Espectáculo. Inicialmente, se incluyó también a Marisol, Juan Pardo, Miguel Ríos o Víctor Manuel, quienes declinaron la invitación por compromisos laborales. Este mismo jurado, compuesto por ocho miembros, fue el encargado de puntuar cada semana del 1 al 10 a los concursantes. Lo hacían desde sus casas, enviando su votación por correo certificado el lunes posterior a la gala. La suma de las mismas tuvo lugar en la final celebrada el 30 de diciembre y conducida por José Luis Uribarri.

Por aquel entonces, Rocío tenía 26 años. Y, a pesar de su corta edad, ya tenía labrado un sinfín de logros. Discos, películas, giras… todo lo que cualquier cantante desearía. Su nombre ya gozaba de un estatus dentro de la industria. Sin embargo, La niña de los premios aún consideraba que le faltaba algo para ser una estrella absoluta: ganar Eurovisión. Por ello, puso toda la carne en el asador durante su paso por Pasaporte a Dublín. Míticos fueron, por ejemplo, los 30 trajes que se preparó para la ocasión. "Voy a poder demostrar al público una Jurado nueva y moderna, que lo mismo te canta operetas que canciones de The Beatles", dijo en su monográfico. "Me encuentro felicísima trabajando con mis nueve compañeros. Hay una camaradería entre nosotros que, desde fuera, no se puede ni imaginar. Colaboramos, nos enseñamos […]. Además, es una experiencia interesantísima y una promoción increíble".

Entre sus grandes bazas se encontraba, por supuesto, su repertorio. Entonó temas tan emblemáticos como No sé… por qué¡Dolo…o…res! o Mi amigo. Sobre sus posibilidades de ganar, señaló: "Esto es como una lotería de reintegro garantizado. Y éste es nada menos que estar 12 semanas seguidas en un programa estelar. Aquí, como dicen los deportistas, lo importante es participar".

Suero en vena

La grabación fue bastante exigente, ya que los artistas debían estar tres jornadas a la semana en Prado del Rey para realizar sus correspondientes tomas. A la par, Rocío formaba parte de una función de Celia Gámez… lo que, sumado a las escasas horas de sueño, hizo que tuvieran que inyectarle suero para sobrellevar la falta de descanso.

El espacio arrasó en audiencia. En parte, gracias también a la novedosa realización que Fernando García de la Vega y Valerio Lazarov le dieron. El primero era de corte más tradicional, mientras que el segundo era más innovador. Por ello, para evitar críticas, se fueron alternando. Una vez terminadas las galas, llegó el momento de la final. Como se trataba de un acontecimiento de calado, se decidió trasladar la cita al miércoles. "A buen seguro, hay quien se cree con el pasaporte en el bolsillo y se va a llevar un susto cuando sepamos quién resulta triunfador", sostuvo Uribarri horas antes de presentar el desenlace, que se grabó a las 17 horas y se emitió a las 23.

De la decena de candidatos, siete acudieron a conocer el veredicto. Según recuerda Eurovisión-Spain, Dova se encontraba en Málaga cumpliendo un contrato, mientras que Jaime Morey y Junior no se presentaron porque creían que sería seleccionada una mujer. Del resto, Conchita Márquez Piquer fue la primera en llegar a la sala de maquillaje. Este detalle llevó a muchos a pensar que ella era la elegida, aunque su verdadero sueño era otro: "Lo que me gustaría de verdad sería ir de coro La, la, la con los otros ocho, acompañando al ganador. Lo haríamos de maravilla". Por su parte, Encarnita Polo no se atrevió a dar un pronóstico: "Somos muy buenos, incluida yo. En cualquier caso, sólo he venido a felicitar al que vaya. Me parece obligatorio entre compañeros estar juntos en un día como éste".

Cristina, en cambio, siempre lo tuvo claro: "No saldré yo. Todos merecemos el pasaporte porque hemos trabajado de lo lindo, pero esto es una lotería con un único premio". Igual que Elena, de Los Mismos: "No parece que los vientos soplen a favor de la idea de mandar un trío". Nino Bravo y Karina estaban especialmente nerviosos, por lo que no hicieron casi ninguna declaración a los periodistas acreditados. Y Rocío se limitó a subrayar que cualquiera de los participantes se merecería acudir a Irlanda.

80 sobres y una ganadora

La comunicación del resultado fue muy pintoresca: reunidos en una sala de juntas, los siete se sentaron en una amplia mesa a la espera de conocer la deliberación. A los pocos minutos, el jurado fue convocado para incorporarse al veredicto. En ese momento, se desvelaron los nombres que lo componían: Jesús de la Oliva, Fernando García Beitia, Manuel Parada, Gerardo Gombán, Alonso Ramírez, Rafael Ferrer, Alfonso Gallego y Mariano Méndez Vigo. Ninguno de ellos conocía la identidad de los otros.

Tras abrir los 80 sobres, el notario proclamó vencedora a Karina sin desvelar ningún dato más. No obstante, las revistas Semana y Tele-Radio revelaron que el segundo clasificado fue Jaime Morey y la tercera, Dova. ¿Y Rocío? Penúltima. Al menos, eso es lo que aseguran las citadas publicaciones. "¿Mis posibilidades en Dublín? Me gustaría quedar en el tercer puesto. Pienso que ganar será difícil. La verdad es que me quedaría satisfecha si la canción que interpreto llega a ser popular en Europa", espetó Karina tras conocerse la noticia.

La realidad es que quedó segunda gracias a la magnética En un mundo nuevo. El tema arrasó con 116 votos, dejando la misma espinita que vivieron Mocedades, Betty Missiego y Anabel Conde. Quién sabe si Rocío hubiese conseguido la primera plaza.