En 'Mi casa es la tuya'

Ana Obregón narra la lucha de su hijo Aless contra el cáncer: "Ahí fui fuerte, ahora no"

La presentadora habló de cómo se siente después de que haya pasado 20 meses de la muerte de su hijo Alessandro

Ana Obregón en 'Mi casa es la tuya'

Ana Obregón en 'Mi casa es la tuya' / TELECINCO

Redacción Yotele

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Ana Obregón concede una de las entrevistas más personal a 'Mi casa es la tuya'. Entre los temas que trataron, la presentadora y nueva investigadora de 'Mask Singer' habló este lunes con Bertín Osborne sobre cómo se sentía después de la muerte de su hijo: "Cuando pierdes un hijo sientes el dolor infinito, que no tiene límites, y también el amor infinito".

La actriz recordó en qué momento le detectaron el tumor a su hijo, desvelando que Aless Lecquio lleva padeciendo dolores en el estómago durante los tres meses previos a ese instante: "Decían que era una gastroenteritis. Después de rodar 'Paquita Salas', estaba comiendo en un restaurante cuando me llamó. Me dijo que estaba fatal. Nos fuimos a un hospital para que le hiciesen pruebas. Me preguntaron si había comido porque se tenían que llevárselo al quirófano", aseguró Ana Obregón recordando también que llamó inmediatamente a Alessandro Lecquio, el padre de Aless: "Siempre ha estado ahí".

Después de que le metiesen en el quirófano a medianoche, Obregón recuerda cómo el médico llegó minutos después de la habitación, pidiéndole que se sentase: "Me dijo que mi hijo tenía un tumor. No sabía qué hacer. Espero. Llega mi hijo sedado y llamo a Alessandro para decirle que estoy llorando como una magdalena y que no entendía lo que estaba pasando. Él ya no podía venir. Le pregunté que qué le decía si se despertaba y me dijo que no le dijese nada".

"Ese ha sido uno de los momentos más duros. Estuve despierta mirándole y, por la mañana, vino el padre y se lo dijimos. Entonces, el médico nos dijo que podía ser benigno, y ahí vimos una esperanza. Hicieron una biopsia, pero tardaba 10 días. Fueron unos días tremendo, porque es como esperar tu sentencia de muerte, y me llaman y me dicen que es malo y muy agresivo. Ahí es cuando me dije que no iba a llorar y que iba a ser fuerte. Vamos a luchar. Ahí fui fuerte cuando mi hijo me necesitaba, ahora no".

En esos duros momentos, Ana Obregón recuerda que sacó su fortaleza para que Alex no la viese mal a la hora de comunicarle esta noticia: "En ese momento estaba en la cama y, en ese momento, había hecho toda mi adrenalina de madre y dije fuerza. El padre vino llorando y le mandé a la casa de mi hermana, ya que ahí no iba a llorar nadie delante de él. Alex entró y se lo dije con un cigarro en la madre. Él siempre se acordaba de eso. Me preguntó si se iba a currar. Le dije que sí, y eso es lo que más rabia me da, pero bueno..."

En ese momento, la presentadora supo que el tipo de cáncer que le había diagnóstico a Aless se podía trata con la protonterapia, recibiendo la recomendación de viajar a Nueva York tras pedirle consejo al prestigioso oncólogo Josep Anselga: "Me fui con la biopsia de mi hijo en la maleta. Nos fuimos yo, él y el padre, que en ese momento, dejó todo. Habló con Ana Rosa y ella lo entendió, y así llegamos allí con todas las esperanza. Tuvimos 7 meses allí. Hicimos quimios de 10 y 12 horas en el hospital"

"En total, hizo más de 100 quimios, pero todos los días llegaba con él y ese sentido de humor, que es la lección más grande de amor que se puede dar. Le veía tan fuerte. Yo me ponía monísima. Luego a la noche lloraba como una magdalena en el cuarto, pero por la mañana me maquillaba porque me tenía que ver", dijo la actriz, añadiendo que la fortaleza que su hijo tenía ante esos momentos era lo que la "mataba": "Se merecía estar aquí".

Además de contar lo que también pasó con el alojamiento en la gran manzana, Obregón también se preguntó cómo pudo tener la fortaleza lidiar con aquellos momentos que vivió con su hijo: "Sale una adrenalina. Me acuerdo que empezamos la quimio y nos tuvimos que ir de noche de urgencia porque tenía 39ºC de fiebre. Buscamos un taxi y, cuando llegamos, estaba lleno el hospital. Pasamos la noche en el pasillo. Y de esas muchas".

Esa etapa de Nueva York empieza a cerrarse después de que a los 5 meses le hiciesen una resonancia a Aless: "Ha sido la única que he llorado delante de él. Llegamos al hospital y sale el doctor para decirnos que tenía muy buenas noticias. Se había reducido al 90% el tumor. Empecé a llorar y mi hijo me dice 'Mamá, no dramatices'". De hecho, el padre me hizo un vídeo en ese momento y él se lo ponía para descojonarse".

"Entonces, nos venimos para España. Yo volví a ser la reina del flow al creer que ya estaba. No lo he dudado nada. Dimos cuatro meses de sesiones de quimio en Barcelona. Eran durísimas. Además de perder el pelo, eran quimioterapias que te dejaban tres días sin moverte. Te matan todo lo que son tus defensas y él nunca se vino a abajo. En enero, se hizo una resonancia y un TAC y curado. No se le veía ni un resto. ¿Sabes lo que es volver a vivir? Yo a mi amigo Ra le dije que entendí lo que era la felicidad. Estaba en ella".