Entrevista YOTELE

José Coronado estrena 'Entrevías': "Además de entretener, a mí me importa hacer reflexionar un poco"

Hablamos con el actor sobre su nueva ficción en Telecinco, entre otros muchos detalles.

José Coronado

José Coronado / TELECINCO

Redacción Yotele

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José Coronado está de estreno. Tras su experiencia en 'Vivir sin permiso', Telecinco estrena 'Entrevías', su nueva serie en la que se narra la historia de unos personajes unidos por amor, separados por prejuicios, aliados por intereses, distanciados por sus distintas culturas, pero todos abocados a emprender caminos inciertos en pos de sus destinos. 

En esta ocasión, Coronado interpreta a Tirso Abantos, un tipo solitario y con mal carácter, un exmilitar que vive y regenta una ferretería en Entrevías, un barrio degradado de la periferia. Entrevías tiene problemas de delincuencia y se ha llenado de inmigrantes, así que Tirso prefiere vivir de espaldas a todo eso, encerrado en su minúsculo universo: su casa, su pequeño comercio y su bar de siempre.

Tras un incidente familiar, Tirso se ve en la necesidad de encargarse durante un tiempo de su nieta Irene (Nona Sobo), una joven adoptada de origen vietnamita, a la que su madre es incapaz de controlar. Contestataria y rebelde, la joven no acepta el cambio de buen grado y continúa moviéndose con soltura en el mundo que Tirso aborrece. El choque cultural y generacional entre abuelo y nieta es total y la convivencia se complica desde el primer momento, no solo por el carácter de ambos, sino también por las malas compañías que frecuenta Irene, movida por la firme decisión de fugarse con Nelson (Felipe Londoño), su adorado novio colombiano. YOTELE habla con José Coronado sobre la nueva serie de Telecinco, entre otros asuntos.

¿Qué te atrajo de tu personaje, que, por lo que cuenta en el dossier de prensa, has influido a la hora de crearlo?

Bueno, sí. Estoy desde los orígenes y lo que me encantó es trabajar para Telecinco. Hice en 'Periodistas', además de otras muchas series y películas. Me encuentro muy a gusto. Ya había trabajado con Aitor con 'El príncipe' y 'Vivir sin permiso'. Ver la propuesta de dónde venía me hizo atender al proyecto y me encantó. Es mi primer papel de abuelo, pero me hizo pensar porque un abuelo del siglo XXI no tiene nada que ver con lo que pensábamos de los siglo XX. Un abuelo con 64 años puede estar hecho un toro. Por lo tanto, dije 'pues venga' y, luego, con todo lo que rodea a la serie, me gusta que fuese una historia atípica. Un abuelo y una nieta tenía su punto de originalidad y, luego, el entorno en el que se graba, que era un barrio periférico y popular de cualquier ciudad, daba mucho juego para meter tramas de drama, suspense e, incluso comedia.

Además, aporta un granito a la sociedad. A mí me importa que, además de entretener, hacer reflexionar un poco y poner sobre la mesa el tema de los prejuicios, que es algo que en la actualidad está a la orden del día. La historia que se cuenta de Tirso es la de un antihéroe en la guerra hace 30 años, pero se convirtió en un ferretero absolutamente normal, que no encontraba razón por las que ser un héroe en un mundo de mierda en el que vivía, hasta que se cruza su nieta.

Muchas veces te hemos visto como villano, ahora eres un héroe un poco peculiar. ¿A qué lado de estas vías interpretativa te sitúas?

El que toque. Ese es mi oficio. Además, eso es lo bonito de tu oficio: puedes profundizar en la construcción de tus personajes todo lo que quieras. Los personajes que interpretamos ayudan a enriquecer personalmente nuestras vidas. En cierto que el lado oscuro siempre tiene un poco más de atracción por lo que se aleja de nuestras personas. Incluso te diría que lo es más difícil es hacer de un tío normal y pedir un café con leche, no te 'voy a matar'. Tristán me parecía que era un personaje delicioso y, a priori, repelente porque es un misántropo, racista y políticamente incorrecto. No se calla debajo del agua. Es un gruñón. Es un tipo insoportable porque está peleados con el mundo. Será su nieta la que le abrirá los ojos y le hará entrar en el siglo XXI y en el amor.

Este es el segundo proyecto en poco tiempo con el que coincides con Luis Zaheras. No sé si ya se ha llegado a un punto entre vosotros en el que sabéis lo que vais a hacer con una mirada o un gesto.

Sí, absolutamente, y además partiendo los dos desde polos completamente opuestos como explicaba Luis en la rueda de prensa. Él se mueve como pez en el agua en el caos y yo soy tremendamente ordenado. Tengo que controlar absolutamente todo en el rodaje. Esa función complementaria de los dos suma en vez de restar. Por supuesto, nos conocemos muy bien. Siempre intento escuchar, pero con Luis de una manera especial porque te puede salir por cualquier lado y, luego, él conmigo, cuando a lo mejor da dos pirueta, le digo que mejor una. Nos entendemos porque es un pedazo de actor y un gran compañero.

Este año cumples 65 años. ¿Te pesa más?

No me da ningún pesar. Ya he entendido que es esto de la vida. A mí hace cinco años me dio un infarto y se me dio la oportunidad de reflexionar, asimilar, priorizar y relativizar muchísimo. Si tienes dos dedos de frente, eres un ser racional y entiendes que todo tiene un final, tú estás dentro de esta dentro de esa partitura, y lo asumes y lo aceptas. Siempre te digo que para tener una buena muerte necesitas haber tenido una nueva vida. Si así lo has entendido, te vas. Lo malo es cuando te llega la hora y dices 'qué vida de mierda he tenido'. Creo que lo que hay que hace es preocuparte por pintar tu vida con colores bonitos a diario, y lo que tenga que venir, que venga cuando quiera. Eso sí, siempre con una sonrisa.

¿Piensas en la jubilación con esos 65 años?

No porque amo demasiado mi profesión. Sí pienso en elegir más y poder dedicarle más tiempo para la familia, los amigos y a lo que no es el trabajo, que es lo que me mueve. De pronto llega las vacaciones y me pregunto cuando empezamos a rodar porque lo disfruto mucho.

Han pasado 23 años desde que llegó ese mítico 'Periodistas'. ¿Cómo crees que ha evolucionado la ficción española desde entonces?

De lujo. Cuando empecé hace 35 años, la ficción española estaba en la UCI. A partir de ahí, creo que hemos ido subiendo y estamos en un momento, tanto técnico como artístico, en el que se nos rifa en cualquier parte del mundo.

¿Qué opinión tienes de que haya cada vez menos series en abierto?

Pues que es una pena pero esto es como lo que decíamos del siglo pasado. Para mí, es imposible disfrutar de una serie que la ves durante cinco horas seguidas. La emisión en abierto a la que estábamos acostumbrado tenía una espera. Un deseo que llegaba una nueva, tenías una semana para comentarla... Entonces, degustabas mucho más lo que nosotros ofrecíamos. Ahora, es una hamburguesa que la gente se come directamente y que, al final, no aprecia con todo su valor.

A nivel usuario, ¿tú también consumes estas plataformas? ¿Tú también te consumes las series en un día?

Sí. Yo soy igual de zopenco que los demás (risas), pero si me preguntas, te digo que lo bueno sería eso. Gracias al abierto podemos. No nos queda más remedio. Lo que sí que también hago es que si hay una muy buena, me la vuelvo a ver otra vez para disfrutarlas y estudiarlas de verdad.