Tras 47 días de ausencia

Francino, muy emocionado en su vuelta a la SER tras superar el Covid: "¿Es posible que nos hayamos olvidado de los sanitarios?"

El periodista ha vuelto a 'La Ventana' y ha narrado su dura experiencia con el coronavirus

Carles Francino

Carles Francino / Cadena SER

Alejandro Bermúdez

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Carles Francino ha vuelto este lunes a presentar 'La Ventana' de la Cadena SER, un regreso que ha aprovechado para narrar sus duros momentos enfrentándose al Covid-19. Su positivo se anunció a finales de marzo y su regreso no se ha producido hasta 47 días después, en los que ha pasado un calvario que ha contado a los oyentes.

"Hace 47 días me dijeron que tenía que marcharme de la radio. Había tenido contacto estrecho con un positivo y me fui a casa cabreado como una mona porque pensaba que era una medida muy exagerada y había tomado precauciones". Así ha comenzado el periodista su relato, que de inmediato se ha puesto a llorar mientras trataba de dejar patente el error que cometió al pensar eso: "A los 5 días de dar positivo tuve que ingresar de urgencia en la Fundación Jiménez Díaz con fiebre muy alta, el ánimo bastante bajo y el oxígeno muy bajo también".

Además, ha querido recalcar su momento más duro: "Las pasé canutas en algún momento, sobre todo durante 48 horas. Eso lo supe después, que los indicadores eran bastante malos. Incluido un ictus del que afortunadamente parece que no me ha quedado ninguna secuela". Además, ha contado el gran cambio físico que ha pegado: "Perdí 6 o 7 kilos, perdí mucha masa muscular y además perdí al voz".

Tras recuperarse de las lágrimas que le impedían seguir hablando, se ha mostrado agradecido y afortunado porque todo le ha salido bien: "Yo he salido, en cambio el contacto estrecho, que es un familiar muy próximo, murió el 12 de abril. Y con otra muy próxima también se recupera lentamente tras pasarse casi un mes en la UCI". Sin embargo, ha querido aclarar que no se refería a su mujer ni sus hijos, que también han pasado la enfermedad pero de una forma más leve.

Tras terminar con el relato de su vivencia ha querido lanzar un mensaje de reflexión: "¿Es posible que nos hayamos olvidado de los sanitarios? ¿Dónde han quedado aquellos aplausos? Por si acaso, sólo recordar que todos los homenajes y agradecimientos se quedan cortos". También ha querido hacer un llamamiento a la responsabilidad individual de cada uno: "¿Cómo no van a cabrearse los enfermeros viendo lo que se ha visto este fin de semana? Que en la UCI del Clínico de Madrid se escuchase el ruido del botellón en la calle no tiene nombre".

Ha querido también destacar los posibles motivos de estos irresponsables y la imagen que generan: "El Covid ha afectado a mucha gente. Pero a otra mucha no. Y tengo la sensación de que ese segundo colectivo, por suerte muy mayoritario, las alusiones a muertes, contagiados, hospitalizados...como que ya sobran un poco. Molestan. Solo así se explican algunos comportamientos. Y ya sé que determinados discursos políticos, o decisiones erróneas, fomentan estos comportamientos. Pero hoy no quiero entrar en eso. Sólo quiero preguntarme dónde nos deja como país y como sociedad eso de 'ay, que no nos molesten'.

Tras esto ha agradecido todo el cariño que le ha llegado en las últimas semanas: "a mí y a mí familia nos ha desbordado...nos ha desbordado en estas semanas tan complicadas". Por último, ha cerrado su intervención con un mensaje positivo: "Detalles como este son los que me reafirman en que quizás deberíamos invertir más energía en las cosas importantes de la vida, las que tiene que ver con los sentimientos nobles, con cuidar a las personas a las que queremos, con intentar que este mundo sea un poquito mejor, que tampoco es tan complicado. Y no perder tiempo en peleas absurdas y otras gilipolleces".