ENTREVISTA

Anabel Alonso celebra los 2.000 episodios de 'Amar es para siempre': "Somos un tipo de producto que no está en las plataformas"

El icónico serial cumple esa cifra de récord tras ocho años emitiéndose en Antena 3 siendo una de las pocas ficciones en abierto que gozan de éxito en la actualidad

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Víctor Santos

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Anabel Alonso es una de las caras 'fijas' de 'Amar es para siempre', que esta tarde alcanza la tremenda cifra de 2.000 capítulos en Antena 3, a los que habría que sumar otra buena tanda de cuando el serial se emitía en La 1 con la marca de 'Amar en tiempos revueltos'. Ella, que llegó a la serie en 2014, parece dispuesta a seguir contando la historia de Benigna, su personaje, que se asoma cada tarde por la pequeña pantalla. Detrás le espera un público fiel que se mantiene a pesar del paso del tiempo y del cambio de consumo en la ficción, que, como explica la actriz, no ha afectado a las telenovelas como la suya, "muy bien hecha" y "tranquila". 

Han pasado más de 1.000 actores a lo largo de estos 2.000 capítulos. ¿Qué tiene 'Amar' para que te hayas quedado?

Son muchos los factores. En primer lugar, el personaje de Benigna a mí me enganchó mucho. No te aburres nunca con ella. Yo nunca sé lo que va a pasar, cómo va a reaccionar, en qué movidas se va a meter... No hay esa monotonía de decir "vaya, llevo siete años...". Benigna es un personaje que me enriquece y sobre todo me divierte una barbaridad. Después, evidentemente, están los guiones, la factura de la serie, que me parece que para ser una diaria no tiene que envidiar a ciertos prime times, en cuanto a argumento, a tramas, personajes... Es muy complicado aguantar la tensión 50 minutos diarios y encima más ahora con esta problemática de tener menos personajes, porque ahora hay más limitaciones a la hora de idear cosas con los personajes. La producción funciona genial, te lo organizan todo fenomenal, el equipo funciona como un tiro. Si estás haciendo teatro o cualquier otra cosa te lo intentan compaginar. De otra manera optarías por sacrificar alguna cosa. 

Los actores que están en una serie diaria siempre suelen decir que es muy duro. Supongo que hay que grabar mucho y no es lo mismo que otro tipo de series.

El ser humano se acostumbra a todo (risas). Te acostumbras a una dinámica de trabajo que es la que es, de hacerte 30 páginas en un día. Lo bueno que tiene es que tienes unos guiones con cierto tiempo y te lo sueles ir organizando. Cuando vas te pegas el palizón, te haces siete secuencias de cuatro o cinco páginas cada una, pero es cuestión de organizarte. Yo de repente voy a hacer cine y me aburro como un hongo. ¡Llevamos todo el día para una página! (risas). Ahí me pasa al contrario. Esta serie tiene lo bueno de la tele y del teatro. Tú haces una secuencia y la haces del tirón, no haces como en cine, que haces un trozo, otro... Aquí te lo haces del tirón y luego a editar y montar. A la hora de interpretarlo te lo facilita mucho y te sale mucho más orgánico. 

En la ficción han pasado 18 años. ¿Cómo le pesa el paso del tiempo a Benigna? ¿Se ha ido adaptando a lo que ha ido viniendo?

Es una superviviente nata, como nos pasa a todos los personajes fijos. Ellos se han ido adaptando a los cambios socialees, políticos, del barrio... Gente que va, que viene. Todos les van dejando un poco de huella. Benigna ha cambiado mucho desde que llegó a la Plaza de los Frutos. Para ella han pasado 14 años. Era una mujer con un pasado muy heavy, bastate amargada, cruel, que engañaba a las chicas para prostituirlas... Por eso creo que es un personaje que no me cansaré nunca de hacer. 

Hay actores que se sienten encasillados cuando hacen varias temporadas de un personaje. Pero en tu caso parece que te gusta desarrollar un personaje en el tiempo...

Sí, sí. Fíjate, es la única oportunidad que tienes de hacer algo así. Cuando eres actriz tienes la oportunidad de ir cambiando de personajes, cuando vas cambiando de edad los personajes que te dan son distintos, evidentemente. Pero claro, ir creciendo a la par que un personaje es algo raro (risas), que no se da muy a menudo. Y también te digo, llevo siete años en 'Amar' y he hecho muchas cosas. He hecho muchos programas, he hecho teatro, he hecho alguna peli... No es que haya renunciado a la panacea, en mi caso, eh. Y estoy segura de que si me llamaran para otra cosa, seguro que la producción me lo facilitarían seguro. De eso que te vas de viaje y vuelves en un mes (risas). Tampoco tengo la sensación de que me esté perdiendo nada. 

En un tiempo bastante malo para la ficción en abierto, parece que las series diarias resistís...

Hay mucha fidelidad. En nuestro caso, son muchos años de vuelo, primero en La 1, después en Antena 3... Yo creo que lo que hace esta serie en concreto es que, aún siendo la misma serie, cada año cambia. Hay un denominador común y una serie de personajes fijos, pero cada año entra gente nueva, pasan cosas distintas, también se retrata lo que va pasando en España... Creo que eso hace que la gente sea muy fiel. Las tramas mezclan tragedia, drama, humor... Está muy bien engrasada. Hay para muchos gustos. Y es una serie como tranquila, ¿no? Pones la tele después de comer y no oyes gritos, ves que estamos hablando (risas). Da cierto sosiego y cierta paz. Pero hombre... Nosotros somos un producto que no hay en las plataformas. Ahí tienes miniseries, series, de una calidad espectacular, con unos actores no sé cuantos... Nosotros somos una telenovela muy bien hecha, pero es otro género que nos permite estar en otra liga. 

Como dices, te ha dado tiempo a hacer otras cosas. 'Tu cara me suena', 'Masterchef'... Con este último parece que tu vínculo no termina. ¿Qué hicistéis Bibiana y tú para pasar al cuadro de honor del programa? Porque siempre estáis ahí liándola.

(Risas) Pues eso, liarla. Hombre, yo creo que en ese sentido fuimos un poco las pioneras de hacer como... Bueno, va a sonar un poco presuntuoso, pero hicimos más entretenimiento. Éramos una pareja que discutíamos y después todo se quedaba en las cocinas, cuando subíamos arriba nos disfrazábamos. Somos dos personalidades curiosas y complementarias. De ser siempre las retales, que nos quedábamos siempre las últimas en todas las pruebas. ¡Y yo no entendía por qué! (risas) Si luego lo hacíamos la mar de bien, aguantamos un montón. Pero claro, las retales dio mucho juego. Dentro del 'Celebrity' tienes que trabajar pero también tienes que dar espectáculo. 

Volviendo al tema de las series. ¿Falta un poco de comedia en la tele de ahora? No sé si crees que ahora se podría hacer una sitcom al uso como '7 vidas'.

Yo creo que sí hace falta. Con el ejemplo de '7 vidas', la gente lo echa muchísimo de menos, una serie con guiones ingeniosos. Eso tiene plena licencia. Mira las series que se están haciendo de comedia en plataforma, y siguen siendo sitcoms. 'Mom' o 'Big bang theory'.

Pero son casos puntuales y en España se ha perdido por completo la sitcom de risas enlatadas, la sitom al uso.

Ahora que estoy pensando, queda 'La que se avecina', pero no es sitcom porque no se graba de esa manera. Y ya está, ¿no? Pues es que creo que todo va como por oleadas. De repente hay series históricas, o programas de cocina, detectives, intriga... Mira, espero que nos lea alguien y diga: ¡Coño, es verdad, hace falta una! Y si fuera de humor negro ya ni te cuento (risas). No había caído en eso... Pero es verdad, y no sabes la gente cómo se acuerda todavía de '7 vidas'. ¡Y acabamos en 2006! Han pasado 14 años.  

En 'Amar' habéis tenido a dos personajes homosexuales, Luisita y Amelia, que protagonizaron su propio spin off. Pero tú interpretaste a uno de los primeros personajes homosexuales de la televisión en España (Diana en '7 vidas'). ¿Te consideraste en algún momento referente?

Pues la verdad es que fue un beneficio colateral. La cosa surgió así. Como se trató de una manera tan guay, tan relajado y tan como la vida misma, fue súper fluido. Nos dieron muchos premios de asociaciones LGTBI, nos enviaban cartas de chicas y de chicos también, diciendo 'jo, qué bien, ver esto en la tele, en prime time'. 

Y más en esa época...

¡Claro! Fue inusual, y encima en una serie de éxito. De repente nos encontramos con eso. Tuvimos gran cantidad de premios de festivales de cine y televisión en ese sentido. Quisimos darle un poco más de color al personaje y vaya que se lo dimos (risas).

¿Tú crees que si Benigna tuviese Twitter sería un poco como tú o se reservaría sus opiniones? Porque tú 

Yo creo que nunca le vamos a gustar a todo el mundo, por una cosa o por otra. Nunca le vas a caer bien a todo el mundo. Yo intento decir lo que pienso, sin intentar ofender a nadie, aunque la gente se ofende. ¿Benigna? Ella sería como yo o peor. Sería mucho menos diplomática. ¡Esa se remanga! Pero sería también muy clara, no se cortaría nada. Yo creo que es lo que nos queda... Poder expresar tu opinión y que no te hagan comulgar con ruedas de molino. Aunque te calles tampoco vas a agradar a todo el mundo. Si alguien no sabe diferenciar tu opinión de tu trabajo... Porque yo cuando contrato a un fontanero no le digo: ¿usted de qué partido es?