ENTREVISTA YOTELE

Tamara Falcó: "Es un lujo que Jordi Cruz te diga lo que está mal de tu plato"

Hablamos con la 'socialité' después de que se alzase con la victoria en la cuarta edición del talent culinario de TVE

Tamara Falcó, ganadora de 'Masterchef Celebrity 4'

Tamara Falcó, ganadora de 'Masterchef Celebrity 4' / RAÚL TEJEDOR

Redacción Yotele

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Tamara Falcó se convertido en una de las protagonistas de la actualidad televisiva después de proclamarse ganadora de 'Masterchef Celebrity 4'. La 'socialité' e hija de Isabel Preysler se alzó con la victoria en este cuarta edición del talent culinario de TVE después de realizar un menú inspirado en su familia bajo la atenta mirada de su madre y Mario Vargas Llosa, su madre y su respectiva pareja. YOTELE habla con Tamara Falcó sobre su participación en la cuarta edición del formato de TVE,

¿Cómo has llevado el hecho de guardar el secreto tanto tiempo?

Bien, porque me hacía mucha ilusión el trabajo que todos habíamos realizado. La verdad es que es como contarle el final de la peli a alguien, entonces lo he vivido con muchísima ilusión.

¿Pero te lo han preguntado mucho este tiempo?

¡Sin parar! En la farmacia, por ejemplo. Yo he intentado mantenerlo en secreto al máximo por eso, por la ilusión, porque creo que era bonito.

¿Pero te lo han preguntado mucho este tiempo?

Sí, sí. Es verdad que me habría encantado haber rayado la trufa en el último momento, porque se supone que eran como plumas y se me quedó un poco ‘chof’. También me habría gustado tener esos 20 segundos extra para batir mejor, porque no sabía suficiente cacao. Esas dos cosas me habría gustado hacerlas mejor.

Cuando te propusieron entrar en ‘Masterchef Celebrity’, ¿llegaste en algún momento a pensar que ibas a ser la ganadora?

Jamás lo pensé. Yo creo que en eso estábamos casi todos de acuerdo (risas). Es un reto. Me lo tomé muy en serio y Miguel Ángel Muñoz fue para mí un ejemplo, porque él también entró sin freír un huevo. ¡Sí se puede!

¿No estuviste preparándote con cocineros profesionales?

No. Yo firmé el contrato justamente dos semanas antes de entrar. Es verdad que hasta entonces no sabía si iba a participar porque fue un casting bastante duro. Y cuando lo supe, Paco Roncero me acogió pero no fue suficiente para aprender porque al final necesitas tener una base de cocina para después aprender las técnicas. Por ejemplo, lo de pelar el espárrago, que me lo habían enseñado, se me olvidó. Al final tienes que practicar muchísimo.

Y al conocerlo con tan poca antelación, ¿no tenías miedo? ¿Con qué sensación ibas tú al programa?

Creí realmente que estaba todo más trucado y que iba a ser un poquito más fácil… En el primer cocinado, vi el nivel de mis compañeros y el plato que hizo Ana Milán, que me quedé alucinada, aunque gracias a Dios también tenía a Los Chunguitos en mi edición (risas). Entonces dije: esto hay que tomárselo en serio. Además, esos jueces intimidan, la televisión intimida muchísimo y me apliqué.

¿Qué es lo más complicado de 'Masterchef Celebrity'?

Yo creo que hay varias cosas. La hostelería es muy dura y exigente. Cuando todos vamos a restaurantes, ellos están trabajando… Son cosas que pesan un montón, sobre todo en la alta cocina, que hay que ser muy perfeccionista. Esa parte definitivamente es muy difícil. Pero al estar en un concurso, y que te lleven al límite. Era complicado manejar el equilibrio porque no solo es cocinar bien, es una competición que no te tiene que afectar mucho… Y eso es difícil de gestionar.

¿Has vuelto a casa alguna vez pensando ‘yo no vuelvo’?

Asustada todo el tiempo (risas). Pero no, la verdad es que no. Éramos un equipo… A lo mejor ahí solo se ve a los jueces y a las celebrities, pero había un equipo gigantesco de TVE trabajando y yo creo que por respeto a ellos… Yo me acuerdo de un día que llegó Pepe con una conjuntivitis, que tuvo que venir su seguro para tratársela y los tres días no se perdió la grabación. No es algo que te puedas tomar a la ligera porque hay mucha gente trabajando.

¿Tu relación con la cocina hasta ahora cuál era? ¿Entrabas a la cocina a por un vaso de agua o a por un cacho de pan?

Pues lo has descrito bastante bien (risas). Sí, porque es verdad que a mí la cocina siempre me había gustado, pero no es algo que me dejaran practicar. Mi madre aborrece la cocina, así que tenía muchísimo miedo. Todo el tema de cuchillos, que te quemes… De pequeña hacía tartas y tal, pero me las metían en el horno y después toda la parte de huevos y tal no tiene mayor cosa, pero es verdad que meterme a cocinar como tal ha sido a raíz de esto.

¿Y cómo fue eso de que te presentaste en casa del chef Oriol Castro para que te ayudase?

Para mí disfrutar ha sido fundamental. No conseguía plasmar en el menú lo que quería. Y entonces Juan me dijo: ‘pídele ayuda a Oriol, que va hoy al programa’. Juan Avellaneda me hacía un poco de Ratatouille. Me decía: ‘¡Ahora tienes que ganar tú!’. Así que, en el pasillo, en el corte, me acerqué y le dije: Oriol, mira, te agradecería si pudiera ir a tu restaurante este fin de semana. ‘Ya, pero Tamara, tenemos un lío…’. ‘Ya tengo el billete’, y entonces le hizo bastante gracia y me trataron como en mi vida… Se involucraron muchísimo, él, su equipo, tienen un talento. 

Ver ese I+D desde dentro, estar en esas cocinas… Practiqué como loca. Se me daba muy mal presentar el plato y eso lo podéis ver, y entonces Oriol encargó a Juan Avellaneda que me aprendiera muy bien el discurso. La noche de antes estuvimos repitiendo y repitiendo. Y yo le decía: ‘Juan, me tengo que ir a dormir, que tengo la final mañana’. Y me decía: ‘No me has emocionado, vuelve a empezar’ (risas). Así que esta victoria es de todo el mundo que me ha apoyado.

Háblanos de tu idilio con Jordi, cómo ha ido poco a poco surgiendo…

Qué pregunta más complicada. Yo creo que de la final me quedo con eso, con el momento ese de jauja. Yo a Jordi le admiro muchísimo, se metían muchísimo con él, mis compañeros le hacían bromas y tal… Y bueno, me vine arriba.

Él se sorprendió mucho contigo y dijo que todos los prejuicios que tenía se desmontaron. ¿Qué te pareció?

Es lo más bonito que me han dicho en mi vida. Viniendo de un chef como Jordi, que lleva en las cocinas desde los trece años, que me diga eso, que ha visto lo que me he esforzado, que admita él delante de toda España que tenía sus prejuicios y que de repente un señor como él me diga eso para mí… Me caí un poco hacia atrás, literal. Fue precioso.

¿Qué le dirías a toda la gente que no apostaba por ti?

Lo entiendo (risas). Yo creo que eso es lo bonito de la vida, te va sorprendiendo.

¿Sabías que iban a ir tu madre y Mario Vargas Llosa

Yo se lo tuve que pedir a mi madre, y pensaba que iba a recibir un rotundo no. Pero me había visto esforzarme tanto… Me acuerdo un día que llegué con estas dos quemaduras a casa, que fue un día de doble capitanía, habíamos estado en Valladolid, y no podía ni hablar. Me dijo: ¿Realmente te compensa esto? Anda… Y mi madre me ha visto esforzarme tanto que fue decirlo y Mario dijo: Pues claro, chiquitina. Yo sé lo mucho que le imponen las cámaras, que ella no pisa platós de televisión, pero la verdad que fue un gesto precioso. 

¿Fue fácil convencer también a Mario?

Sí, estaba en el sofá de al lado (risas). Ya que invitaba a mi madre le dije: ¿Mario, tú quieres venir? Y me dijo que claro, vamos, genial.

¿Y tus hermanos cómo te han visto? ¿Qué te han dicho?

Es que están todos fuera ahora mismo. Sorprendentemente cuando me he despertado tenía el teléfono que no me paraban de llegar mensajes. Al chat familiar aún no ha llegado, en casa del herrero cuchillo de palo. Llegaré y no impresionará mucho, me dirán: ¡Ay, enhorabuena! Y de repente dirán: Le ha salido otro diente a Maiqui (risas).

¿Tienes conciencia de que mucha gente ha cambiado la imagen que tenía hacia ti a raíz del programa?

Lo he visto mucho en redes y ha sido súper bonito. Lo he seguido por redes, me leía los comentarios y lo he visto por redes bastante. No es algo que me influyera bastante, porque siempre he vivido en el ojo público y he tenido que ir contra esos prejuicios de alguna forma, así que no intento hacer mucho caso de lo que piensen de mí. Me importa lo que digan mis amigos, mi familia. Pero evidentemente las muestras de cariño… Es mejor caer bien que caer mal. Pero es verdad que te vuelves un poco loco.

¿Cómo te planteaste el reto? ¿Ibas a ganar?

No hubo nada de eso, cuando me metí dije que iba a aprender. Es un honor tener a tres grandes chefs, más todos los que vienen, toda la gente que trabaja… Es un lujo que Jordi Cruz, que tiene cinco estrellas Michelín, te diga lo que está mal de tu plato. O Pepe, que me acuerdo que cuando pasaba por Toledo (mi padre tiene la casa ahí) me dijo: vamos a visitar a este chef que está despuntando en Toledo, y era Pepe. O sea que tener a Pepe, a Samantha, a la que admiro mucho como mujer, es un lujo. Lo que sí me concentraba en cada prueba era en hacerlo lo mejor posible. 

¿Te planteas ahora proyectos ligados con la gastronomía? Un restaurante, un libro de recetas…

Mi padre siempre me ha intentado meter en la gastronomía y era algo que yo había dejado en segundo plano por la moda. La moda sigue siendo mi pasión, pero la gastronomía ahora para mí tiene un espacio muy relevante en mi vida. He aprendido muchísimo. España está ahora en la vanguardia de la cocina, la gente viaja solamente para venir a nuestros restaurantes, es el país con más estrellas Michelín, así que no me gustaría perder todo lo que he aprendido. Pero a la hora de abrir un restaurante… Yo he participado en un show. Creo que es algo totalmente vocacional, yo sigo lo mismo por la moda, pero para dedicarme a ello no creo que pudiera. Además, respeto muchísimo el mundo de la hostelería. Yo no tengo esa experiencia, he cocinado tres meses en mi vida. 

Tamara, hay algunos de tus compañeros que dijeron que no volverían ni locos a las cocinas de ‘Masterchef’, ¿tú volverías?

Es una pregunta con doble filo. Tiene dos cosas: primero, es verdad que si yo hubiese sabido lo exigente que es el programa me hubiese intimidado demasiado para entrar. Ahora ya sabiéndolo si entro es que estoy un poco loca. Pero es verdad que creo que hay que descansar. Y si volviera a entrar me gustaría preparármelo muchísimo mejor. No lo descarto porque ha sido una experiencia preciosa y bueno, tendría curiosidad.

Dijiste que la forma de relajarte era rezando el rosario, ¿cuánto te ha ayudado la fe para soportar la presión?

En todo, en todo. Yo desde que me levanto trabajo para ello. Cuando sentía que me venía abajo rezaba y pensaba: tú me quieres, me quieres siempre, da igual que los jueces no me quieran. La verdad que para mí la fe me ayuda muchísimo y el rosario para mí es un arma.

Desde que acabó el programas, ¿has encontrado alguna habilidad oculta?

Manejo muchísimo mejor el cuchillo. Tengo mi propia manta. Es verdad que me ponía muy nerviosa cuando la gente me miraba. Estar allí bajo la presión y trabajar delante de la gente me ha cambiado. Todos nos ponemos así cuando estamos en esas situaciones. Poder superarlas me ha dado más aplomo. 

¿Cuál ha sido el compañero que más te ha sorprendido y cuál el que más te ha defraudado?

No voy a decir el que más me ha decepcionado, pero del que me llevo una amistad para toda la vida es de Juan Avellaneda.

¿Qué crees que te ha diferenciado de tus otros compañeros para ser la ganadora?

Creo que no deja de ser un poco de suerte también porque tienes un mal día y te vas. Ana Milán lo tuvo. Cocinaba muchísimo mejor que yo. Me acuerdo que ella tenía mareos en maquillaje y le tocaba ir a eliminación ese día. Empezó a no salirle las cosas, se torció y la eliminaron. 

La otra parte fue dedicarle todos los momentos que tenía a la cocina. Me lo tomé muy en serio. Creo que eso ha sido un plus. 

¿A quién recomendarías si tuvieras que recomendar a alguien para participar?

Creo que el programa tiene una lista bastante amplia y la verdad es que me chocaba que me hubiesen escogido a mí después de ver algunos nombres que hicieron las pruebas del casting. Es un formato de éxito y ellos saben muy bien a quién escoger y descartar. No me atrevería a hacer una recomendación. 

¿Le has cogido el gusto a la televisión? ¿Aceptarías hacer un programa culinario?

Cuando entré en el programa y me microfonaron por primera vez, pensé que me iba a desmayar, pero a medida que van pasando las semanas y vas haciendo grupo con el equipo de TVE, va siendo más natural y normal. En la actualidad, estoy colaborando en el programa de Máximo Huerta los viernes y ya conozco a todos. Se convierte en una pequeña familia, y eso que es un gusto. Si tuviera la oportunidad de estar en un proyecto culinario y de seguir aprendiendo, me encantaría.