Los cinco errores de 'Por trece razones 2': ¿Merece una tercera temporada?

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Yotele

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Aunque parte del público que encumbró'Por trece razones'ya se ha bajado del carro una vez acabado el misterio de la primera temporada, otros tantos millones de espectadores no se han podido resistir a esta nueva tanda. Ahora que ya se conoce queha sido renovada para otra tercera parte, ¿tiene sentido que la ficción de Netflix continúe?

1 La duración de los capítulos

Una cosa que diferencia a las ficciones de Netflix hechas en Estados Unidos de las que se emiten por la televisión convencional es que no siguen el modelo de duración tradicional. En la plataforma de streaming lo mismo puedes encontrar series con capítulos de media hora que de cuarenta minutos que de casi una hora, como es el caso de 'Por trece razones'.En la primera temporada la duración era más comprensible, pues había bastante que contar, sin embargo, en esta segunda los capítulos se hacen en su mayoría largos, con escenas y diálogos que se repiten una y otra vez. Los creadores han ido sin prisas, lo que aquí no es de agradecer, ya queel ritmo de este drama decae en numerosas ocasiones.

2 La presencia «fantasmal» de la protagonista Hannah Baker

'Por trece razones' es una adaptación de una novela del mismo nombre escrita por el autor Jay Asher, y en su inicio estaba pensada para contarla como tal: una serie de trece episodios con los trece motivosque la protagonistaHannah Baker (Katherine Langford)explica que le han llevado a suicidarse. Sin embargo, esta segunda temporada, creada a partir de la historia de la primera, ha contado con muchos menos flashbacks al pasado,convirtiendo al personaje principal en una especie de fantasmaque aparece en la mente de Clay Jensen (Dylan Minnette). Un recurso que, si bien no molesta, resulta un tanto tramposo. Y es que de esta manera la serie continúa contando con su presencia, porque al fin y al cabo, todo gira en torno a ella. No, apenas hay tramas nuevas...

3 No hay novedad

A excepción de lo que ocurre con el personaje de Tyler (Devin Druid), que toma gran peso y tiene alguna evolución,el resto de tramas son traídas de la primera temporada,como quien quiere seguir hurgando a ver qué encuentra, pero sin resultado alguno. La sensación final es que la segunda temporada podría ser un episodio añadido de la primera, pues todos vuelven a repasar su historia con Hannah, ahora dando ellos su versión en el tremendo juicio. Aunque Jessica (Alisha Boe) y Alex (Miles Heizer) sí tienen algo más que contar, ni si quiera la historia del propio Tyler termina de enganchar, dejando la mejor parte para un final que no termina de explotar.

4 El episodio final: un mero gancho para la tercera temporada

La segunda temporada de'13 reasons why' justifica constantemente que la serie debe seguir, y eso ocurre hasta el final. A pesar de cerrar la trama principal, la que le da nombre, la ficción de Netflix busca enganchar al espectador para una siguiente temporada, a la que no le hace falta confirmación: durante los más de 60 minutos que dura el episodio final se ve venir que no va a ocurrir nada, excepto un acontecimiento que sirve de gancho para los nuevos episodios. Con un poco de tensión en la última secuencia, sí, pero completamente previsible, también.

5 Las (innecesarias) pelucas para los cambios temporales

Una manía de la serie es evidenciar los cambios temporales con cambios físicos en los personajes: si en la primera temporada de la serie Clay llevaba una brecha en su cabeza entre flashback y flashback para transportar al espectador al presente, en esta segunda han decidido colocardos pelucas (o una, quizá es la misma) a los personajesde Alex Standall y Olivia Baker, cuando en el caso de ésta última sobre todo, era completamente innecesario. Esas pelucas cortitas, que han sido la comidilla en las redes sociales, sacan en muchas ocasiones al espectador de la escena.

Si entendemos 'Por trece razones' como una serie juvenil dramática y de misterio a lo 'Pequeñas Mentirosas', la continuación es razonable, pues pese a sus errores la ficción ha construido muy bien los perfiles de los personajesy tiene sus buenas dosis de drama. Sin embargo, que la ficción de Netflix apueste por una tercera temporada, ya sin Hannah Baker de por medio, deja entrever que poco va a quedar de esa historia que se adentraba en temas importantesen la sociedad como el bullying o la cultura de la violación para dar paso al culebrón teenager.

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