Pablo Carbonell devela en sus memorias el pasado con las drogas del presentador Paco Vegara

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Yotele

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La publicación de las memorias de Pablo Carbonell van a traer cola. El actor, reportero y músico habla en "El mundo de la tarántula" de la época más oscura de su vida, en la que las adicciones a las drogas y al alcohol le condicionaron decisivamente.

Carbonell desgrana episodios rocambolescos de su trayectoria vital y profesional, en la que coincidió con muchos artistas y profesionales de los medios, con los que también compartió problemas de adicción.

Es el caso de Paco Vegara, recordado presentador de espacios míticos de La 2 como «Rompecocos» o «Quatro», que poco a poco fue apartado de las grandes propuestas televisivas (su último proyecto a nivel nacional fue participar en una edición de "La isla de los famosos" en Antena 3) y entrando en un infierno personal del que le costó mucho salir.

El exreportero de «Caiga quien caiga»  recuerda a grandes amigos y compañeros como los fallecidos Pedro Reyes y Javier Krahe y cuenta por qué cortó la relación con otro televisivo desaparecido: Máximo Pradera.

Del libro de Pablo Carbonell habla el blog La mosca mediática, en un interesante artículo que reproducimos a continuación por su interés y en el que se desgranan pasajes del libro del artista.

"A Paco Vegara, una de las personas más ocurrentes e ingeniosas que conozco de Tarifa, le di el papel de cura. Hasta el momento el personaje de cura era el más saleroso. Nada más empezar a rodar con él, me di cuenta de que sus escenas carecían de vida. no sabía qué estaba pasando. él nunca había hecho cine, pero no era tan complicado. No podía creerlo. Tenía que hacerle las escenas para que las repitiese, como si fuera un novato, y ni por esas. Tuve que eliminarlo de la mayoría de las escenas".

Y añade: "Luego supe la razón. Meses después de acabar el rodaje me pidió dinero para desengancharse de la cocaína en una clínica de desintoxicación. No se lo di: el que quiera librarse de eso tiene que apretar los puños y dejarse de hospitales y zarandajas. La película quedó más centrada sin la presencia del cura. Eso está bien. Lo malo es que María Barranco desaparece en buena parte de la película, y lo imperdonable es el tiempo de rodaje que perdimos intentando sacar verdad de una persona bajo la fría dominación de la cocaína".

Debajo del descarnado texto Carbonell puntualiza lo siguiente: "Paco ha superado sus problemas, que se agravaron con una depresión y un diagnóstico de bipolaridad. Más tarde lo llamé para que hiciera los coros de Sevillanas globales, de mi disco Canciones de cerca junto a Carmen Tizón. Estuvo sembrado y divertido. Volvía a ser el gran Paco Vegara que yo quise para mi película". Y así remata el texto: "Espero que cuando lea esto no me retire el saludo".