La rehabilitación de viviendas solo supone un tercio de las obras que se ejecutan en Catalunya

La Confederación Estatal de Asociaciones Vecinales (CEAV) calculaba hace un par de años que en Catalunya hay un parque de unas 60.000 viviendas que necesitaban afrontar una rehabilitación bien para adecuarse a las nuevas exigencias de eficiencia energética y otras normativas de accesibilidad y sostenibilidad, bien para consolidar estructuras, modernizar edificios antiguos o simplemente realizar arreglos. Pero en contra de la tendencia general del sector de la construcción, que vivió un 2024 de claro incremento de la actividad, los proyectos de rehabilitación de las viviendas ya existentes no tuvieron el año pasado el mismo vigor. Según el Col·legi Oficial d'Arquitectes de Catalunya (COAC), en 2024 se visaron un 13,6% menos de rehabilitaciones que el año anterior y, aunque no todas las obras de reforma están obligadas a registrarse ante el organismo, el COAC tiene la sensación de que el ritmo es aún bajo.

Solo el 6,4% de las obras que emprendieron el año pasado en Barcelona las empresas integradas en la Associació de Promotors i Constructors (APCE) en Catalunya fueron trabajos de rehabilitación integral, según recoge el informe anual de la entidad. "Sí se van haciendo obras, pero son menores, como derribar tabiques o cambiar baños y cocinas... El problema es que el 80% de las viviendas que hay en Catalunya son de propiedad horizontal y esto supone que cualquier reforma integral ha de ser aprobada por comunidades de vecinos que, a menudo, no consiguen ponerse de acuerdo", señala el presidente de APCE, Xavier Vilajoana.

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"Es una actividad necesaria, sobre todo en ciudades donde existe una saturación de suelo para construir nuevas casas por falta de suelo disponible", afirma, por su parte, el decano de la entidad, Guim Costa Calsamiglia.

Fondos Next Generation

Uno de los impulsos que últimamente ha recibido el sector procesde de los fondos Next Generation de la Unión Europea que sufraga un 40% del coste de los trabajos de rehabilitación para la mejora energética de los edificios, ya sea para la instalación de nuevos sistemas de climatización o para la renovación de cerramientos y ventanas. Con ello, los propietarios han de acreditar que se consigue una reducción de, al menos, el 7% de la demanda de calefacción o refrigeración. 

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Desde la puesta en marcha, en abril de 2022, de las Oficinas Técnicas de Rehabilitación, impulsadas por el colegio de arquitectos, se han tramitado 603 expedientes del denominado programa 3 (el correspondiente a la rehabilitación de edificios), lo que suponen 5.923 viviendas, un 76% de las 7.800 que marcó como objetivo la Agència de l’Habitatge de Catalunya para 2026. El grueso de estos proyectos, un 45% de ellos, se encuentran en la provincia de Barcelona.

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"El problema es que, una vez más, los procesos administrativos para poner en marcha estas adaptaciones a las exigencias de eficiencia energética y descarbonización, acaban siendo complejos y las comunidades de propietarios desisten de emprenderlos", lamenta el decano del COAC.

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