la renovación del parque urbano

El Govern abre una línea de crédito de 100 millones para rehabilitación

Obras de rehabilitación en un edificio del Raval de Barcelona.

Obras de rehabilitación en un edificio del Raval de Barcelona.

Max Jiménez Botías

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En la Unión Europea (UE) se destinan 1.400 euros anuales por habitante a la rehabilitación de edificios. En Catalunya (como en el conjunto de España) la media es de 700 euros al año. No solo se destinan pocos recursos, sino que los disponibles no alcanzan para hacer frente a las necesidades de rejuvenecer un parque de viviendas cada vez más añoso. De los 1,1 millones de edificios plurifamiliares construidos en Catalunya, un 65% tienen más de 40 años y, por tanto, deberían en su mayor parte pasar la inspección técnica de edificio (ITE). Con esta situación de fondo el Consell Executiu de la Generalitat ha aprobado recientemente abrir una línea de financiación del Institut Català de Finances (ICF)  de 100 millones de euros destinada a que las comunidades de propietarios constituidas que lo necesiten puedan llevar a cabo las obras de rehabilitación a partir de enero del 2020.

Se trata de préstamos de hasta 30.000 euros por comunidad --hasta ahora estos préstamos erán individuales-- con un tipo de interés del 2% fijo y un periodo de amortización de 15 años, que puede ser variable en función del importe del  préstamo. "Podrán beneficiarse entre 10.000 y 30.000 viviendas", ha comentado la directora de la Agència de l'Habitatge de Catalunya (AHC), Judith Gifreu. la cifra depende de los recursos que se soliciten: "por la experiencia que tenemos, la media está ligeramente por encima de los 3.000 euros por vivienda", explicó la directora.

"Es imprescindible un cambio en las políticas urbanas; hay que cambiar el modelo que se ha aplicado en décadas --el crecimiento como mancha de aceite-- y de alto consumo de suelo y poner la atención sobre el parque que ya se ha construido", ha considerado secretario de Habitatge de la Generalitat, Agustí Serra. El cambio de paradigma, además, implica una menor dependencia de las subvenciones públicas y un mayor uso de la financiación. De hecho, el ICF ya ha puesto en funcionamiento dos líneas de créditos para vivienda, una de 140 millones de euros para la promoción de vivienda protegida, mediante la que se han formalizado 14 solicitudes de préstamos bonificados por importe de 47,1 millones de euros; y una segunda línea de 110 millones de euros para la compra de viviendas por parte de ayuntamientos y entidades sociales, mediante el sistema de tanteo y retracto, del que se ha dispuesto 44,9 millones de euros en más de 500 expedientes .

Rehabilitación escasa

Con todo, la escasa rehabilitación --solo alcanza al 25% de las nuevas promociones, según los datos de AHC--obliga a las administración ha buscar mecanismos financieros que acompañen las políticas para la mejora del parque de vivienda, que en Catalunya se han centrado en gran medida en la ITE. Desde el 2012 se han llevado a cabo 70.214 inspecciones que ha alcanzado a un total de 702.000 viviendas, o lo que es lo mismo, la mitad (49%) del parque obligado de edificios de más de 45 años de antigüedad.

La mayor parte de esas inspecciones (29.686) se llevaron a cabo durante el 2018 a raíz de la campaña realizada por Habitatge en el 2017 y cuyo impacto se extenderá, según los responsables de la AHC hasta el 2019, cuando se espera alcanzar cerca de las 19.000 inspecciones. Las conclusiones de las ITE realizadas es que el parque de edificios existente está muy anticuado, y muestra deficiencias que requieren de intervenciones correctoras en el 32% de los cosas, o que pueden representar un riesgo inminente per la estabilidad del edificio o para la seguridad de las personas en un 14%.

Que reconozca el defecto no implica que se lleven a cabo las obras de reparación de forma inmediata, Se constatan dificultades diversas con las que cuentan las comunidades de propietarios para hacer frente a las obras: los mecanismos de financiación no suele ser los adecuados, son caros y con plazos de devolución corto; las subvenciones no cubren la totalidad de la inversión; las comunidades no reciben las ayudas hasta que han acabado las obras y las políticas de subvenciones, por su temporalidad, contribuyen en retrasar el inicio de las obras.