Innovación

Usan agua contaminada del Llobregat para elaborar fertilizantes y bioplástico

La producción se desarrolla en Agrópolis, el terreno experimental situado en Viladecans

EFE

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Microbiólogos e ingenieros de la Universidad Politécnica de Catalunya (UPC) han conseguido elaborar fertilizantes y bioplástico a partir de microalgas que cultivan con agua contaminada del canal de drenaje agrícola del Delta del Llobregat.

La producción de estos productos se está desarrollando en una planta piloto situada en el Agrópolis, un terreno experimental situado en Viladecans, que forma parte del Parque UPC y del campus del Baix Llobregat de esta universidad.

El director del Grupo de Ingeniería y Microbiología del Medio Ambiente de la UPC, Joan García, ha destacado que se trata de unas instalaciones pioneras. "Existen plantas de microalgas en el ámbito de la alimentación, pero la diferencia es que ellos utilizan agua limpia para conseguir productos saludables y nosotros usamos aguas contaminadas porque el objetivo es diferente", ha precisado.

La planta de Viladecans tiene una dimensión de 30 metros cúbicos y capacidad para tratar un volumen de 2.000 a 8.000 litros diarios de agua residual contaminada.

En su interior, se investiga cómo producir nuevos recursos energéticos y productos de valor a partir de las aguas residuales de tipo agrícola y domésticas, en el marco del proyecto europeo Innovative Eco-Technologies for Resource Recovery from Wastewater (Incover), del que García es director para la UPC.

El proyecto incluye la recuperación de energía en forma de biometano y la obtención de otros productos como bioplásticos, fertilizantes biológicos y agua para el riego.

En el campo de los fertilizantes, García ha sostenido que los productos que han desarrollado ya son perfectamente comercializables. Además, ha resaltado que su elaboración requiere un coste inferior a los fertilizantes hechos con algas que actualmente hay en el mercado porque se produce con agua contaminada, que es más barata de conseguir que la limpia.

Menos avanzada está la producción de bioplástico, plástico biodegradable, si bien el profesor ha destacado que se trata de un área con mucho potencial. "Es un mercado emergente que cada vez va a crecer más por la presión que ya existe para reducir el empleo de plásticos que dañan el medio ambiente", ha subrayado.

Para fabricar el bioplástico en la mencionada planta, primero se aprovechan los nutrientes del agua del canal de drenaje para hacer crecer las algas. Después, someten a las algas a un proceso de inanición y les inyectan dióxido de carbono (CO2) industrial, tras lo cual se consigue el bioplástico.

Los bioplásticos son 100 % biodegradables y se desarrollan a partir de polímeros naturales que se obtienen de residuos agrícolas, celulosa o almidón de patata y maíz. Esta realidad difiere de la del plástico convencional, que se produce con petróleo y supone el 80 % de la contaminación marina en el Mediterráneo, según datos de Greenpeace.