De videoclub a tienda de souvenirs

ZML

En el alto techo del espacioso local da vueltas un ventilador de aspas que da si cabe más autenticidad al lugar. Las paredes, largas, están forradas de películas. En los metros y metros de estanterías de este santuario del cine independiente, joyas como ‘Gummo’, la ópera prima de Harmony Korine, el director de ‘Spring Breakers’, o ‘El huevo de la serpiente’, donde Ingmar Bergman narra la gestación del nazismo, de visionado obligado en los tiempos que corren. O todo -"todo", subraya sin esconder su orgullo David Cabrera- ‘Star Trek’: desde la serie original de 1966, con todos los documentales y ‘spin offs’. Además del valioso fondo documental, el patrimonio del Cíclic, en el 7 de la calle del Rec Comtal, en el Casc Antic de Barcelona, son las relaciones vecinales que allí se generan. “En el Cíclic se teje comunidad. Mientras recorres las estanterías siempre hay una vecina que te recomienda una película, que te explica una historia; es uno de los pocos espacios que quedan donde los vecinos no somos unos extraños”, contaba una vecina y socia del videoclub el 12 de julio del 2017, atrincherada frente a la puerta para detener por segunda vez su desahucio.