Tú y yo somos tres. Por Ferran Monegal

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Desde que le entrevistan por su librito de memorias presidenciales, Mariano Rajoy le ha encontrado gusto a la tele. No hace tanto tiempo odiaba las ruedas de prensa y las resolvía apareciendo en un plasma para evitar las preguntas. Pero como ahora le tratan con un incomprensible buenismo, disfruta y suelta comicidades como si fuera un artista. Ahora acaba de ir a divertirse a El hormiguero (A-3 TV). Mientras él se lo pasaba pipa, a mi canario flauta Papitu le iban subiendo los colores de las plumas. A eso lo llaman vergüenza ajena, también en ornitología. Pablo Motos le lanzaba las preguntas en bandeja. Voluntad de servicio. Él las contestaba mezclando lo creíble con la fábula, pero con la absoluta certeza de que no habría repreguntas engorrosas ni nada que le perturbe. Hombre, ya sabemos que ir a El hormiguero es como quien va al Parque de Atracciones de Madrid. Por eso hubiera sido aconsejable hacerle solo las preguntas tipo cóctel San Francisco. Pero no. Se le preguntó, por ejemplo, por el rescate bancario. Dijo: «Tuve que nacionalizar la banca, pero la privatizamos luego. Ahora solo queda Bankia». Hombre, aquí alguien debería haberle dicho que no nacionalizó nada en absoluto. Lo que hizo fue inyectar al sector bancario más de 60.000 millones de dinero público. Sobre la corrupción también fue de antología: «Nos pusieron la moción de censura diciendo que era por la corrupción ¡pero eso era solo una excusa!». ¡Ah! Podía haberle puesto Motos entonces un trocito de la pelicula B, que emitió La Sexta el día anterior, donde se transcribe la confesión de Bárcenas diciendo que Rajoy también recibía sobres con dinero.