Siete segundos de gloria y un selfi. Tú y yo somos tres. Por Ferran Monegal

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No sé qué pasa con la actual edición de Operación Triunfo (TVE-1): los pocos concursantes que me gustan, los van echando sistemáticamente. No va sobrado este certamen de talentos. Monotonía. Noches frías de invierno. Y que don Antonio Machado me perdone. Esta semana, Nia ha causado furor. Arden las redes. Me temo que  la excitación no ha sido por el tema que cantó (Around the world) ,sino por el look indumentario con el que la vistieron. La pusieron en plan vedete. ¡Ah! Palidezca Beyoncé. Lo más trascendente de esta gala fue cuando apareció la delicada Gisela. Le preguntaron por su intervención en los Oscar. Contestó: «Maravilloso. Canté durante siete segundos, vi a Leonardo DiCaprio y a Brad Pitt, y me hice una foto con Tom Hanks». ¡Ahh! Dieciocho años después de haber concursado en el primer OT del 2001, y tras una importante carrera musical, Gisela ha podido cantar siete segundos en los Oscar y hacerse un selfi con el mejor Robinson Crusoe de la empresa de paquetería Fedex. Lo más bonito de ese apunte ha sido la humildad de Gisela. «Lo humilde abate lo soberbio», escribió Lope de Vega. Para un hispano, que te den siete segundos en Hollywood no es una insignificancia, es una gesta. Eso lo sabe bien Antonio Banderas, pongamos por ejemplo.