Pláquenla, empújenla, ¡es periodista! Tú y yo somos tres. Por Ferran Monegal

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En las facultades de Periodismo deberían impartirse clases de Aikido y Taisabaki. Son dos métodos japoneses milenarios que enseñan el arte de la esquiva y de cómo anular un ataque, una agresión, sin causar daño. Hace dos días, el miércoles, El intermedio (La Sexta) mandó a su reportera volante Andrea Ropero a informar sobre la importante concentración de agricultores en las calles de Madrid. Entrevistó sin problemas a varios manifestantes. En un momento dado también apareció el líder de VOX Santiago Abascal. Causó sorpresa esta presencia. Andrea intentó llegar hasta él. Le preguntó: «¿Ha venido usted a apoyar realmente a los agricultores o a buscar votos?». No obtuvo ninguna respuesta. Lo que recibió fue un placaje por parte de un bodyguard, guardaespaldas o acompañante de Abascal, que la desplazó con contundencia y no acabó por los suelos de milagro («No me empuje, no me empuje, ¡me va a tirar!», dijo ante aquel ataque).