Garfios clavados en los ojos. Tú y yo somos tres. Por Ferran Monegal.

periodico

Uno de los números más escalofriantes de la nueva temporada de Got talent (T-5) ha sido el que nos ha hecho el fakir Testa. Se ha tragado un sable entero, de acero. Y ha rematado su actuación con un ejercicio aún más sobrecogedor: se ha clavado dos garfios en los ojos que suspendían con cadenas una bombona de butano, llena. Este ejercicio, tan pavoroso, es una variante del que le vi hacer en la Sala Bagdad de los años 80 al señor Martí Cufí, de nombre artístico Kumar, natural de Castellò d’Empuries. Kumar suspendía una bombona de butano (también una enorme campana de hierro) colgada de su escroto. Tuvo mucho éxito.