Unos ladrones roban un reloj a un turista en Barcelona

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Como en los años 80, el robo de relojes vuelve a estar al día entre delincuentes organizados que hacen seguimientos a turistas, pero también a población local si ven que luce un modelo caro. El turismo de lujo es carne de cañón para este tipo de robo, sobre todo en el centro y las zonas de ocio. Hoteles y otros estalecimientos tratan de prevenir a su clientela ante el alud de casos. Son carteristas con gran movilidad por Europa que buscan estos relojes de gama alta porque se venden rápido en el mercado negro. Agentes de la Guardia Urbana documentan el robo de un Richard Mille en el que los ladrones invirtieron 4 horas de seguimiento.