La primera ministra noruega, Erna Solberg, y algunos de sus ministros registraron un número de baile mientras mantenían el distanciamiento social.

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Sin la tableta de abdominales de Jose María Aznar ni el ritmo infatigable de la marcha de Mariano Rajoy, la primera ministra de Noruega se ha revelado como otra líder gubernamental aficionada a la actividad física. Coincidiendo con el día de la fiesta nacional noruega, Erna Solberg ha puesto a casi todo su gabinete a bailar una coreografía (siempre respetando las distancias), lo que ha destapado alarmantes carencias de coordinación pero también inesperados talentos.