La joven activista Greta Thunberg en las protestas contra el cambio climático en Estocolmo

CARLOS MÁRQUEZ DANIEL

Mañana muy fea en Estocolmo. Nubes, llovizna y un frío de mil demonios que no invita al neófito a pensar que el cambio climático sea un peligro. "Ese es uno de los problemas principales, que la gente no se da cuenta de que es una amenaza real y cada vez más grave, y que pronto será irreversible", señala a este diario Greta Thunberg. Para entenderlo, es un poco como el colesterol, que un día te mata y no te has dado cuenta. Esta activista sueca de 16 años, que en agosto pasado inició una huelga escolar todos los viernes para protestar contra el calentamiento global, ha convertido su inquietud personal en un movimiento planetario. Los jóvenes han salido a la calle este 15 de marzo en más de 2.050 ciudades de 123 países. Lo han hecho con un mismo mensaje: la exigencia de cambios inmediatos en materia de política medioambiental. Y si antes se protestaba para salvar la Tierra, que también, ahora se trata, simplemente, de tener un futuro. De supervivencia.