Erupción volcán La Palma

Las rojas y negras coladas de lava bajan sin prisa la ladera de Los Pelados, pero cada vez se acercan más a la población. Habiendo alcanzado las afueras de Todoque, donde las viviendas están más dispersas, y aunque aún se hace difícil cuantificar los daños y las afecciones, la lengua de lava ha seguido su camino devorando cada franja de territorio. Tras comenzar en la zona de pinar y salvar el barrio de El Paraíso al encauzar por un barranquillo, la devastación sepulta 200 de esas viviendas particulares, villas vacacionales y fincas. Ahora la lengua de lava se acerca peligrosamente a uno de los núcleos más habitados de las afueras del municipio de Los Llanos: Todoque. Los que pueden, piden permiso para coger sus últimas pertenencias antes de que la lava asole sus viviendas. A partir de ese punto, su único obstáculo serán invernaderos y fincas de plátanos hasta que llegue al mar. Cada vez que la lava, a más de 1.100 grados centígrados, alcanza una vivienda, no solo la calcina hasta los cimientos, sino que la sepulta totalmente entre las piedras de basalto caliente. Por el momento, las pérdidas materiales son las que más preocupan a las autoridades, dado que se descarta que pueda haber víctimas mortales, gracias, entre otras cosas, a la rápida evacuación de la población y, por otro, la lentitud con la que avanzan las distintas coladas de lava. En el día de ayer los evacuados ascendían a más de 6.000 después de que una segunda boca de lava se abriera en Tacande, obligando ayer a desalojar también El Paso. Se espera que las lenguas de lava entren en el mar por la costa de Tazacorte y, para entonces, hayan arrasado al menos un millar de casas. Preocupan, asimismo, los cultivos que aún no se han recuperado del reciente incendio de hace un mes.