Botellón en las playas de la Barceloneta y en el Born

JORDI OTIX

La primera noche con el ocio nocturno cerrado de nuevo por el incremento de la incidencia de la pandemia se cerró sin conflictos de envergadura, en una jornada que se adivinaba potencialmente compleja porque la lógica indicaba que con los locales clausurados proliferaría la presencia ciudadana en los espacios abiertos preferidos para encuentros en generales y botellones en particular.