Cuestión de Estado
El PP, a por María Jesús Montero
Aunque estos días lo que más nos ocupa es el cambio unilateral de reglas que ha impuesto Donald Trump al resto del mundo, con los aranceles que pone y quita, que hacen subir y bajar las bolsas, en el Congreso y Senado vimos a un Partido Popular que ponía todos sus esfuerzos en atacar a la ministra de Hacienda. La apuesta de María Jesús Montero como líder del PSOE en Andalucía tenía sus pros y sus contra. A nadie se le escapa y ahí está la disyuntiva que mantuvo en vilo la decisión hasta el final. Del mismo modo que las voces en la dirección apuntaban a que no había otra candidata posible para dar un revulsivo a la principal federación socialista, también eran consciente del riesgo que suponía elegir a la vicepresidenta primera del Gobierno. Y después de los últimos comentarios de Montero en mítines del PSOE, y que en el propio PSOE asume como “errores no forzados”, el PP ha encontrado el filón necesario para atacar a la ‘número dos’ del Gobierno. En el PP creen que Montero es ya un “estorbo” para Sánchez y que “de facto” está cesada porque no sirve para los intereses del presidente y ha perdido peso político. Ni consigue cerrar unos presupuestos ni lidera las negociaciones del plan antiaranceles impulsado por el Ejecutivo. En el entorno de Montero defienden que ella no está fuera de ninguna negociación y que el PP solo busca “desgastar” su persona porque en Andalucía hay “nervios” y Juanma Moreno Bonilla ha pedido elevar los ataques contra ella. Y concluyen que ese foco demuestra que Sánchez “ha dado en el clavo” con la elección. Mientras, entre los socialistas de Andalucía aun esperan el éxito de esta decisión porque la federación andaluza, dicen, no puede gestionarse “por control remoto” sino estando en el terreno.