La fotografía que protegió a los indígenas yanomami: Claudia Andujar en el KBr

CLAUDIA ANDUJAR / VÍDEO: ACN / PERE FRANCESCH / EL PERIÓDICO

Nacida Claudine Hass en Suiza y criada en Transilvania, Claudia Andujar tenía 8 años cuando empezó la Segunda Guerra Mundial. Toda la familia paterna, judía, murió en Auschwitz y Dachau. Sus padres se habían separado y ella pasó tiempo en un internado, pero logró huir del Holocausto con su madre y, en 1946, llegó a Nueva York, donde se cambió el nombre y adoptó el apellido de su marido, exiliado español del que se separaría poco después. Aquella infancia traumática la reviviría visualmente mucho después en el corazón de la selva amazónica brasileña, retratando, en 1983, en la serie ‘Marcados’, a niños, mujeres y hombres del pueblo de los yanomami, víctima de otro tipo de genocidio y que le recordaron a su familia con la estrella de David cosida en el pecho. En imágenes en blanco y negro, los indígenas llevan un número colgando. En su cultura no tienen nombre, quizá algún apodo que varía con la edad; esos números les identificaban en las campañas de vacunación después de que la llegada de occidentales a su civilización virgen les contagiara enfermedades como el sarampión o la gripe, que nunca antes habían sufrido. El legado fotográfico de Andujar –hoy, con  89 años, vive en Sao Paulo- ocupa dos amplias salas del Centro de Fotografía KBr Fundación Mapfre en la mayor retrospectiva de su trabajo, que reúne unas 200 fotos. En un espacio contiguo abre también la exposición 'La mirada cautiva', una muestra de daguerrotipos del siglo XIX que explican el origen de la fotografía.