Estrenos de la semana. Tráiler de 'Casi 40'

Cuando David Trueba firmó su ópera prima en 1996, La buena vida, se dijo de ella que estaba recorrida por un aire afrancesado. Ahora se definiría probablemente como una coming-of-age nostálgica. Y es que aquellos niños que fueron en su momento Lucía Jiménez y Fernando Ramallo llevaban incrustada en su mirada la semilla de la melancolía. La crisis económica todavía parecía lejana, pero ese desamparo y la súbita pérdida de protección que sufre el protagonista ya parecía un signo premonitorio del destino que correría en el futuro.