Calle Taxdirt, una pequeña calle de Guinardó, donde la velocidad está limitada a 10 km/h, sitúa bancos al nivel de la calzada.

Agárrense que vienen curvas. Literalmente. El escenario es Taxdirt, una minúscula calle del Baix Guinardó que rinde homenaje a la supuesta última heroicidad de la caballería española hace 112 años en el norte de África. Aquel episodio bélico merecerá luego una breve mirada. La batalla ahora es otra. Incluso la munición empleada es distinta, Twitter y esa pólvora que algunos llaman cuñadismo. “Slalom de bancos en Barcelona. Cuando crees que los has visto todo, el equipo de Ada Colau sigue innovando”. Era el texto que acompañaba un vídeo grabado desde el interior de un coche. Los bloques de hormigón que hasta hace bien poco había en una parte de la calzada para proteger la puerta de acceso a la Escola de les Aigües han sido sustituidos por bancos para sentarse. No gustaba el hormigón, tampoco los bancos de madera. La causa, parece, es que, para que los coches respeten la limitación de 10 kilómetros por hora, son obligados a realizar una suavísima ‘chicane’ antes de desembocar en la calle de Sardenya. Los bancos, que primero están a la izquierda, pasan a estar a la derecha después. Ni aun así nadie respeta ese límite de velocidad, ni siquiera quien grabó el vídeo.