La princesa Mako de Japón tras su boda civil: "Hemos escuchado a nuestro corazón"

AFP / STR / VÍDEO: EFE

No hubo banquetes ni la pompa de una boda real sino las frías firmas en el registro civil. Sólo las litúrgicas inclinaciones ante sus padres, hermana e incluso la prensa que la había torturado añadieron un ingrediente japonés a una ceremonia que no lo fue. La princesa Mako subió al coche y dejó atrás para siempre la residencia imperial Akasaka en dirección a su anhelada libertad en Nueva York junto a su marido, Kei Komuro.