Josep Mª Romero, piloto de drones

RICARD FADRIQUE

Los drones ya son uno más entre nosotros. Gracias al viaje de esos objetos voladores sí identificados, pequeñas aeronaves sin tripulación controladas a distancia, el baño de nieve en nuestros paisajes, sobre tejados y bajo ruedas de camiones y coches retenidos en los márgenes de las vías de circulación enriquecen estos días la información audiovisual. En su origen, esas máquinas echaron a volar con fines bélicos en la mente de estrategas militares. Nacieron para matar. Pero, por el bien de todos, otros muchos campos de aplicación, además de una joven ley de seguridad–de este año– los invitan a quedarse para ayudarnos a vivir más y mejor.