Rosario Bravo

Anna Mas

Decir que Rosario Bravo, de 97 años, había pagado "religiosamente" el alquiler de su vivienda de L'Hospitalet durante 723 meses es quedarse corto. La anciana, desahuciada por una presunta negligencia el pasado 19 de febrero, se instaló en el modesto piso un lejano enero de 1960 y desde entonces jamás dejó de abonar la renta, incluso en momentos en que confiesa haber "pasado hambre". "El alquiler era sagrado, lo primero". Tanto que, 40 días después del fatídico desalojo, sigue pagando puntualmente (no le han perdonado ni un euro de los 350 que ahora abona), pese a no haber podido dormir en su vivienda desvalijada en todo este tiempo. Allí, los enseres perdidos suman al menos 23.000 euros (la lista crece cada vez que repara en algún elemento desaparecido) y el enorme daño moral está aún por evaluar. Por ellos, la familia presentará en breve demandas civiles, mientras que ya ha denunciado penalmente a todos los actores de esa intervención judicial que privó a una mujer casi centenaria de su casa y la ha dejado sin sus pequeños tesoros de toda una vida.