Érase una vez en el barrio...Barceloneta

JORDI COTRINA

Lourdes López siente que, pese al horror, estos meses les han servido para recuperar el barrio cuando, al abrir el balcón por las mañanas, le llega olor a café y tostadas y no a "pipi". A veces es necesario ser gráfica y la imagen no puede ser más elocuente.  "El año pasado por este tiempo rezabas para que lloviera a mares; en cambio esta primavera es la bomba. ¡Hemos recuperado nuestros chiringuitos de toda la vida!", relata exultante la mujer, alma del tejido vecinal de la Barceloneta. Sentir que sus calles volvían a pertenecerles le da "subidón", pero se lo causa todavía más ver cómo el barrio ha aparcado sus históricas rencillas para afrontar juntos, codo con codo, este mal trago. "Ha sido maravilloso. Todo el mundo ha colaborado. Todos. El territorio lo hemos defendido palmo a palmo, como siempre. La respuesta de la República Independiente de la Barceloneta ha sido espectacular. Si yo tengo que luchar otra guerra invisible cuento con mi barrio", explica, rebosante de orgullo. "Ponías un mensaje en el grupo y en cinco minutos ya tenías a 10 personas -prosigue-; yo me emociono y todo".