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Más allá del entretenimiento: el uso del videojuego como herramienta educativa

`Age of Empires¿ o `Europa Universalis IV¿ se han utilizado en nuestro país para divulgar historia

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Elric Ruiz / Elsotanoperdido

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Aprender es una de las capacidades más maravillosas del ser humano. Desde la etapa infantil, los niños comienzan un proceso de instrucción que empieza en casa con las primeras sílabas del lenguaje y continúa, durante más de una década, en las aulas escolares. Las fases de aprendizaje son abundantes y dispares, y no todos obtienen la misma eficacia dentro de la sociedad. Los más curiosos aprenden observando, otros optan por imitar a sus referentes escuchando sus consejos, y los más atrevidos, se instruyen probando –y errando-. Las fórmulas perfectas no existen, ya que cada persona aprende de una manera y a un ritmo diferente, y una misma instrucción suele dar frutos irregulares entre los alumnos de una sociedad que espera lo mejor de cada miembro.

Lo que sí tenemos en común todos los seres humanos, independientemente de su procedencia, es que aprendemos jugando, desde pequeños. Sin embargo, el juego se ha visto desde siempre como algo ocioso y poco productivo, de ahí que sea percibido como un elemento incompatible con la enseñanza tradicional. ¿Realmente es así? ¿Acaso no aprendimos una serie de conceptos y valores en las clases de educación física jugando, por ejemplo, al voleibol? ¿No es impensable aprender estos elementos a través de un libro de texto?

El juego ha evolucionado en la Sociedad de la Información. Manejar en un solo día más contenido de la que manejaron nuestros antepasados durante toda su vida nos abre las puertas del conocimiento, pero también acarrea un proceso de desgaste si el modelo educativo no evoluciona en sintonía. Es lógico que los más pequeños –y también los jóvenes- tachen la escuela de aburrida o arcaica si fuera de las aulas están rodeados de aparatos electrónicos repletos de estímulos de todo tipo. En este sentido, las escuelas públicas han perdido la batalla tecnológica.

Pero, ¿podríamos aprovechar el potencial que ofrecen las nuevas tecnologías, y, más concretamente, los videojuegos, para proponer soluciones educativas que motiven y enganchen a los alumnos durante su periodo lectivo? La respuesta es claramente afirmativa, pese a que existan voces discordantes que no conciban la diversión con el aprendizaje.

Ejemplos prácticos

Son varios los estudios que apuntan las ventajas de utilizar los videojuegos como herramientas de desarrollo educativo. Más allá de aprender un idioma nuevo, hay algunos videojuegos comerciales que se han utilizado en las aulas españolas para transmitir conocimientos concretos. Por ejemplo, juegos de estrategia como ‘Age of Empires’ o ‘Europa Universalis IV’ se han utilizado en nuestro país para divulgar historia con mejores resultados en comparación con la enseñanza tradicional. El simulador social ‘Los Sims’ se ha empleado para propiciar entre el alumnado conceptos como la educación cívica y la alfabetización digital; y obras como ‘Wii Music’ o ‘Rock Band’ han sido protagonistas a la hora de motivar al grupo dentro de la percepción musical. Las posibilidades sobre el papel son enormes, más si cabe, teniendo en cuenta los avances en mundos virtuales, los modelos cooperativos y la facilidad de la juventud de dominar las nuevas tecnologías.

En cualquier caso, y como herramienta con aspiraciones pedagógicas, hay que dar con la tecla adecuada para poder considerarla como aliada de la enseñanza. Introducir en las aulas los videojuegos sin tener en cuenta sus desventajas sería un error de base, y por ello los expertos apuntan a un uso concreto para contenidos específicos, con un profesorado cualificado en estas tecnologías que permita al alumno asumir un papel activo dentro del proceso de enseñanza, dejando de ser así un mero receptor de información.