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Deshidratación

Aurelio Rojas, cardiólogo, sobre cómo evitar los trombos en un avión: “Cada hora deberías..."

El especialista dice que la humedad ambiental en cabina puede descender hasta niveles del 10% o 20%, similares a los del desierto del Sáhara

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El cardiólogo Aurelio Rojas.

El cardiólogo Aurelio Rojas.

Mariona Carol Roc

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Pocas personas lo saben, pero dentro de un avión la humedad ambiental puede descender hasta niveles del 10% o 20%, similares a los del desierto del Sáhara.

Según el doctor Aurelio Rojas, esta sequedad extrema hace que el cuerpo pierda agua con cada respiración, incluso sin que uno lo note. “En cada vuelo, estás deshidratándote lentamente aunque no tengas sed”, señala el especialista en su cuenta de Instagram.

La regla de oro: un vaso de agua por cada hora de vuelo

Para contrarrestar esa pérdida invisible de líquidos, el doctor Rojas recomienda una fórmula sencilla: beber entre 250 y 300 mililitros de agua (un vaso) por cada hora de vuelo.
Esto equivale a 1,5 litros en un trayecto de 5 horas y hasta 3 litros en uno de 10 horas.

Además, aconseja evitar el café, el alcohol y los refrescos, ya que “deshidratan, alteran el sueño y aumentan la frecuencia cardiaca”. En su lugar, propone optar por agua o infusiones sin azúcar, tomadas a sorbos lentos y constantes.

Quiénes deben tener especial cuidado

El especialista advierte de que hay ciertos grupos de riesgo que deben prestar especial atención a la hidratación durante los vuelos:

  • Personas con hipertensión, insuficiencia cardiaca o arritmias.
  • Mayores de 60 años, debido a la menor sensación de sed.
  • Quienes toman diuréticos o antihipertensivos.
  • Personas con problemas renales o antecedentes de trombosis venosa.
  • Y también quienes viajan con frecuencia por trabajo, expuestos a estrés, falta de sueño y consumo ocasional de alcohol.

“La combinación de estrés, fatiga y aire seco puede ser perfecta para retener líquidos y deshidratarse al mismo tiempo”, advierte el cardiólogo.

Las claves para prevenir trombos

Más allá de la hidratación, Rojas insiste en la importancia de activar la circulación durante los vuelos largos.
“Cada hora deberías levantarte o, al menos, mover las piernas desde el asiento. Esto ayuda a que la sangre regrese al corazón y evita la formación de trombos”, explica.

También recomienda realizar el ejercicio punta-talón cada 30 minutos, un movimiento sencillo que estimula la circulación venosa.
Y para quienes ya han sufrido trombosis, sugiere el uso de medias compresivas durante el viaje.

Una pérdida invisible que afecta al cerebro y al corazón

En vuelos prolongados, se pueden perder hasta 1,5 litros de agua solo por respirar y transpirar.
“Una deshidratación leve ya afecta la concentración, la circulación y el ritmo cardiaco”, explica el médico.
Por eso, recuerda: “Cuidarte en el aire también es cuidar tu corazón.”