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Dura adaptación

Una familia alemana regresa a su país tras mudarse a España: "No encontramos un piso asequible, los propietarios prefieren alquilar a turistas”

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Archivo - Playa del Cura de Torrevieja (Alicante).

Archivo - Playa del Cura de Torrevieja (Alicante). / GVA - Archivo

Lola Gutiérrez

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En España viven más de 100.000 alemanes. La mayoría de ellos en las Islas Baleares, las Islas Canarias, Barcelona y Alicante, en busca de un clima más agradable y un estilo de vida más alegre y pausado. Sin embargo, no todo el mundo se adapta a un cambio de vida tan significativo.

Es el caso de Jennifer y Luka, que dejaron la ciudad alemana de Remscheid para ir a vivir a un pueblo turístico cerca de Dénia (Alicante) con sus dos hijos de 4 y 6 años. Después de un año, han decidido hacer de nuevo las maletas y regresar a su país natal tras haberlo intentado. El estilo de vida y el precio de la vivienda han sido motivos de peso.

Aunque se esperaban dar un salto cualitativo en su vida gracias al estilo de vida mediterráneo, "la realidad, por desgracia, fue diferente", lamentan. Preocupados por la seguridad en Remscheid, "que se había vuelto bastante salvaje", decidieron trasladarse a España como ya hicieron los padres de Jennifer en su momento.

La dificultad de encontrar piso

Así, se mudaron a casa de sus padres mientras buscaban piso propio. Misión imposible. “No encontramos un piso asequible. Los propietarios preferían alquilar a turistas o por poco tiempo”, cuenta Jennifer. La dificultad de encontrar vivienda se sumó a los bajos salarios. Luka podía seguir trabajando en remoto como asesor de clientes de una cadena de moda alemana, pero ella tuvo que buscar trabajo aquí.

"No puedo tener dos o tres trabajos para llegar a fin de mes”, explica Jennifer, que combinaba un trabajo de 20 horas como administrativa en una residencia de ancianos con el cuidado de los niños.

Otra manera de vivir

Mientras los niños se adaptaron rápidamente y sin problemas, hablando español con fluidez al poco tiempo, para los padres la adaptación fue complicada. Se refieren al calor pero también al estilo de vida de "fiesta continua" que se respira también en los trabajos y administraciones.

No quedaba otra que volver a Alemania. Hasta les salían las lágrimas viendo el cartel de Remscheid en la autopista. Eso sí, "emigrar es más fácil que volver", ya que ahora han tenido que volver a empezar de cero.

Además, muchos conocidos les reprochan el movimiento. “Te lo había dicho”, “¿Estáis locos? o "¿Volver de España a Remscheid?" son algunos de los comentarios que les han hecho.