Hábitos saludables
¿Por qué las mujeres nacidas en los 60 y 70 consumen más ultraprocesados? Un estudio lo revela
El estudio relaciona los resultados con la comercialización agresiva de alimentos ultraprocesados “dietéticos” para mujeres
Cómo detectar (de verdad) los alimentos ultraprocesados
Un consumo elevado de alimentos ultraprocesados podría acelerar la aparición de los primeros síntomas del párkinson

Una mujer comprando bollería industrial en una tienda. / Julio Carbo (Barcelona)
Refrescos azucarados, bollería, 'snacks', comida precocinada o unos buenos nuggets, ¿quién puede resistirse? Son esos alimentos del supermercado con los que perdemos nuestra fuerza de voluntad para seguir una dieta equilibrada. Son insanos y contienen azúcares, colorantes y un sinfín de aditivos que se transforman en adictivos.
Para conocer más sobre esta problemática, la Universidad de Michigan ha entrevistado a más de 2.000 personas y analizado sus hábitos y comportamiento.
El estudio ha revelado que este consumo no es uniforme: las personas que tienen entre 50 y 60 años (generación X y finales del Baby Boom), y especialmente las mujeres, abusan de un mayor consumo de este tipo de productos.
Una adicción diferente a las tradicionales
El estudio se basa en una encuesta de la Universidad de Yale. La encuesta relaciona la adicción con los antojos repetidos, el intento de frenar su consumo sin poder hacerlo y las ocasiones en que se evitan actividades sociales para no comer en exceso.
En primer lugar, el estudio demuestra que el 21% de las mujeres y el 10% de los hombres de la generación X y 'boomers' encajan en los criterios de la encuesta para considerarlos "adictos" a los ultraprocesados.
En cambio, entre los adultos ya jubilados, entre los 65 y los 80 años, el consumo por parte de las mujeres se reduce al 12% y al 4% en el caso de los hombres.
El estudio destaca que la adicción a los alimentos ultraprocesados sigue el patrón opuesto a las adicciones tradicionales: los hombres son más adictos al alcohol o el tabaco, y las mujeres a los ultraprocesados.
Ultraprocesados que se promovieron como saludables
Entonces, la pregunta es ¿por qué la diferencia es generacional y ha impactado más a las mujeres?
El estudio explica que la generación de los adultos ya jubilados conocieron los ultraprocesados cuando ya eran adultos. En Estados Unidos, una vez finalizó la Segunda Guerra Mundial se empezaron a comercializar estos productos. De igual forma pasó en España, unos años más tarde.
Por el contrario, los últimos 'boomers' y la generación X crecieron entre ultraprocesados. Llegaron los supermercados, los anuncios en bucle, y con ellos, los malos hábitos.
En este sentido, los investigadores destacan como factor determinante el hecho que la generación X consumiera ultraprocesados desde su infancia. De ahí se entendería la diferencia generacional.
Por otro lado, el estudio explica que el impacto es mayor en mujeres porque se ha comercializado de manera agresiva con alimentos ultraprocesados “dietéticos” para ellas. Esto ocurrió en la década de los ochenta y noventa, en la que las mujeres estuvieron expuestas a promociones de alimentos “dietéticos y saludables” que no lo eran en un momento sensible de su desarrollo.
El peso: causa y consecuencia
La Universidad de Michigan ha hecho público este estudio con el objetivo de advertir a la población de los riesgos que comportan los ultraprocesados. Además, el análisis alerta que la adicción a estos alimentos es más elevada entre personas que no están a gusto con su peso. De hecho, en Estados Unidos el sobrepeso en la población es una realidad. Del mismo modo, el problema se extiende por Europa al haber copiado parte de los hábitos de consumo estadounidenses. Por lo tanto, el consumo de ultraprocesados puede contribuir a la aparición de enfermedades degenerativas, así como de diabetes, y principalmente, se asocia con un mayor riesgo de obesidad.
Según Ashley Geahardt, directora del estudio, el problema es que “estos productos se venden como alimentos saludables” y “afectan especialmente a las mujeres, debido a la presión social en torno al peso”.
Volver a "lo de antes"
Los resultados de la investigación alertan que “los niños y adolescentes de hoy consumen proporciones aún más altas de calorías de alimentos ultraprocesados que sus padres, y las tasas en esta generación pueden ser aún más altas”.
Para poner solución a este problema, el estudio recomienda volver a la dieta tradicional de nuestros abuelos: el consumo de productos frescos y naturales, en primer lugar, y volver a cocinar. Como podría ser hacer galletas caseras y no comprarlas en el supermercado. Ellos son el ejemplo de que cuidar nuestra alimentación es cuidar nuestra salud. Por eso, son una generación longeva y nosotros estamos a tiempo de ponerle remedio.
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