Curiosidades
Este pueblo tiene dos gentilicios oficiales: "Se trata de una burda invención"
Una supuesta inscripción antigua hizo que se popularizase erróneamente uno de los términos
Un gentilicio romano vivo: así llaman a los vecinos de este pueblo desde tiempos del Imperio

Panorámica de la localidad. / MANUEL MURILLO
Que los vecinos de un pueblo de Córdoba puedan llamarse de dos formas distintas no debería sorprender. No son pocos los lugares donde se popularizan gentilicios arraigados a la tradición. A los hornacenses, vecinos de Hornachuelos, por ejemplo, se les llama melojos. Más sorprendente es que el asunto se convierta en un debate en toda regla en la localidad, llegando al Pleno municipal y alcanzándose un peculiar acuerdo. ¿El resultado? Dos gentilicios oficiales.
Pero esta historia no va solo de palabras, sino de cómo una inscripción antigua, hallada junto a una ermita y mal interpretada siglos después, terminó imponiéndose al peso de la historia. Porque mientras topónimos que podrían ser milenarios quedaron olvidados, otros términos, surgidos sin base sólida, se popularizaron y se quedaron para siempre. A veces la historia tiene estos enredos.
Una inscripción antigua
Todo empezó, como documentó el cronista oficial de la localidad, con una mención recogida en el 'Diccionario Geográfico, Estadístico, Histórico de España', de Pascual Madoz. A mediados del siglo XIX, el autor escribía que, según una inscripción hallada cerca de la ermita de San Marcos de este pueblo cordobés, la población que existió allí se llamaba Alcobitense. La referencia de ese dato, a su vez, provenía de 'La Numantina', de F. Mosquera Barnueva, una obra de principios del siglo XVI.
La información, que no llegaba a afirmar que ese fuera el gentilicio de sus vecinos, caló y una idea sugerida se convirtió en costumbre. Y, como explica Rafael Osuna, cronista de este municipio, el gentilicio comenzó a utilizarse con frecuencia en el siglo XX. Ya estaba en boca de todos. Y, bajo ese término, surgieron marcas, establecimientos y hasta un equipo de fútbol.
"Una burda invención"
El pasado del pueblo se vinculó, en el saber popular, a dos ciudades erróneamente, apunta Osuna: Alcobitas, que no habría existido, y Carruca. "Dos ciudades que sólo la fabulación permite relacionar con este lugar", concluye el cronista. Y, sin embargo, ambos términos identificaron a los vecinos de este rincón de Córdoba durante mucho tiempo. Y lo siguen haciendo, claro.
Pese a que Osuna defendió el cambio de gentilicio por tratarse alcobitense de "una burda invención", el Ayuntamiento llevó a pleno la tesis en 2006 y se acordó que ambos gentilicios, el antiguo y el propuesto, coexistiesen. ¿Cuál era la proposición? Pues el gentilicio que se sustentaba en los antiguos topónimos de la localidad: carcabulense.
La historia del municipio
La localidad de Carcabuey se denominó, en tiempos del Imperio Romano, Ipolcobulcula, un nombre que ya habría existido antes. Tras la conquista árabe fue cuando a aquel lugar comenzó a conocérsele como Karkabuliya o Karkabul. Este nombre perduró incluso después de la reconquista cristiana, con ligeras variaciones: Carcabue y Carcaboy. Evolucionando hasta dar lugar al nombre actual.
Osuna hace referencia en su texto sobre el gentilicio para la 'Crónica de Córdoba y sus pueblos' a García de Cortázar y dice: "Vivimos en un país en el que es más fácil que arraiguen las ideas inventadas que las ideas científicamente demostradas". "Y en el caso del gentilicio de Carcabuey así ha sido", zanja. De esta forma es como un pueblo de Córdoba ha llegado a tener dos gentilicios oficiales.
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