Anula la limpieza

El típico error que comete la mayoría de los españoles al limpiar la casa

Somos, con diferencia, los campeones europeos del mocho, seguidos a distancia por italianos y turcos

Los hombres deben orinar de pie o sentados: esto es lo que no sabes (y deberías)

Una fregona

Una fregona

N. V.

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En el universo de la limpieza del hogar, España se aferra a sus clásicos con una devoción única. Mientras la tecnología avanza y nuevas herramientas irrumpen en el mercado, un icono persiste con fuerza numantina en los hogares españoles: la fregona. Un reciente estudio global sobre hábitos de limpieza en húmedo revela una realidad sorprendente: si en el mundo solo un 52% de las personas echa mano de este utensilio tradicional, en España la cifra se dispara hasta un abrumador 82%. Somos, con diferencia, los campeones europeos del mocho, seguidos a distancia por italianos (66%) y turcos (64%).

Esta querencia por la fregona no es un acto esporádico. Los datos muestran una rutina casi de ritual. La mitad de la población española empuña el cubo y el palo más de dos veces por semana, y un notable 25% supera los cuatro días semanales. Incluso, para casi dos de cada diez personas (14%), fregar se ha convertido en una tarea diaria. El tiempo invertido tampoco es menor: más de la mitad de los usuarios (53%) dedica más de 20 minutos a esta labor específica, subrayando el peso que aún conserva en nuestras vidas cotidianas.

La higiene como motor de bienestar

Pero, ¿qué impulsa esta férrea lealtad a la fregona? Más allá de la mera costumbre, la motivación principal es profunda: sentirse bien en casa. La higiene es el motor para el 68% de los españoles. Si sumamos a aquellos cuyo objetivo es eliminar manchas, polvo, mugre o residuos específicos, el porcentaje escala hasta un impresionante 86%. Queremos suelos impolutos. Otras razones importantes incluyen mejorar la apariencia del hogar (27%), eliminar olores desagradables (26%) y, un detalle revelador del confort buscado, la tranquilidad de poder caminar descalzos sin preocupaciones (19%). Preparar la casa para visitas (10%) o proteger el propio suelo (14%) también figuran en la lista de motivaciones. La ciencia respalda la necesidad del fregado: "En el caso de las manchas resistentes y secas, el líquido es esencial para 'rehidratarlas' y facilitar su eliminación", confirma Matthew Lee, Investigador Científico en Dyson, la firma tras el estudio.

Desconcertante contradicción

Sin embargo, aquí emerge la gran paradoja española. A pesar de que la higiene es el objetivo primordial, la práctica revela una desconcertante contradicción. Un 54% de los españoles admite reutilizar el agua de fregado. De ellos, un 42% solo la cambia cuando la ve visiblemente sucia, y un alarmante 12% confiesa no cambiarla en absoluto durante el proceso. Solo un 42% sigue la práctica más higiénica de renovar el agua tras limpiar cada habitación. Esta brecha entre la intención higiénica y la realidad del cubo con agua turbia pone en tela de juicio la efectividad real de la limpieza. Ketan Patel, director de diseño de Dyson, señala el problema: "En el caso de las herramientas tradicionales, el problema suele ser la película de suciedad invisible que queda tras la limpieza. Esto ocurre cuando se utilizan con agua sucia".

La experiencia de fregar, además, dista de ser idílica. Se percibe como una tarea pesada. Más de seis de cada diez españoles (62%) sienten la necesidad de aspirar, barrer o cepillar antes de sacar la fregona, ya que esta a menudo lucha por recoger residuos sólidos o de mayor tamaño. Este "doble trabajo" contribuye a que la limpieza doméstica media en España se alargue hasta unos considerables 130 minutos, más de dos horas.

Las frustraciones no acaban ahí. Para un 21% es una tarea físicamente agotadora, un 17% considera que consume demasiado tiempo y un 19% lamenta la dificultad para alcanzar zonas complicadas. El tiempo de secado (un problema para el 20%), el riesgo de resbalones (18%), la aparición de rayas en el suelo (11%), el uso incómodo de las herramientas (13%) o el miedo a dañar superficies delicadas (12%) completan un cuadro de inconvenientes que, sorprendentemente, no ha destronado a la fregona.

Soluciones más higiénicas

Este panorama, con su mezcla de devoción, contradicciones y frustraciones, dibuja un escenario donde la tradición convive con una clara necesidad de mejora. La búsqueda de soluciones más higiénicas, eficientes y cómodas es evidente. La industria tecnológica, con Dyson a la cabeza, consciente de estas carencias, ya trabaja en innovaciones que combinan limpieza húmeda y seca, sistemas de separación de agua sucia y limpia, y diseños ergonómicos para abordar directamente las quejas de los usuarios, buscando finalmente ofrecer ese brillo higiénico deseado sin las paradojas del método tradicional. 

Fregona Dyson.

Fregona Dyson. / Epc

Teniendo presente las carencias y dificultades, Dyson, dedicada a la tecnología de electrodomésticos de alta gama, ha ideado la WashG1TM, capaz de fregar y aspirar, eliminando tanto el polvo como la suciedad. Se trata de una fregona que se deshace de olores y bacterias. Utiliza una combinación de tecnologías de hidratación, agitación y separación, tanto para recoger como separar los residuos húmedos y secos, incluido el pelo. La máquina elimina las manchas con un 30% menos de pasadas y permite que los suelos se sequen un 80% más rápido que con una fregona tradicional. 

La era de la fregona inteligente podría estar llamando a la puerta, incluso en el país que más se resiste a abandonarla.