Crianza

El pediatra Carlos González, sobre los celos entre hermanos: "Es necesario buscar la manera de prestar atención al mayor"

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El pediatra Carlos González.

El pediatra Carlos González. / ROSANA VIDAL

Lola Gutiérrez

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La llegada de un hermano a una familia es difícil de gestionar para muchos niños. Ya cuando empiezan a intuir que el embarazo comporta novedades pueden aflorar celos y aumentar su irascibilidad o cambiar sus comportamientos. Esta competencia emocional, que puede manifestarse también durante la adolescencia, puede afectar la dinámica familiar y el bienestar de los hijos con conflictos, comparaciones o actitudes desafiantes.

Un reto más, por si fuera poco, para los padres durante la crianza de los hijos. El pediatra Carlos González, autor de libros sobre crianza y conferenciante, ha hablado en su pódcast 'Criando sin miedo' sobre cómo gestionar los celos entre hermanos.

"Qué hacemos con los celos?", arranca preguntando González. "Lo primero, comprender que son normales. Es decir, plantearse cómo evitar los celos es tan absurdo como evitar la adolescencia. Son cosas que van a llegar", asegura.

El síndrome del príncipe destronado

Se suele hablar del síndrome del príncipe destronado; cuando con el nacimiento de un hermano al hasta entonces hijo único le surgen celos, ya que los padres tienen que dividir las atenciones y los cuidados entre los dos. Dejar de ser el único niño de la casa y ser el hermano mayor es un cambio brusco al que se tienen que adaptar. "Los niños tienen celos. El objetivo no es que no tengan celos, el objetivo es que no lo estrangule porque luego encima se va a sentir culpable", indica el pediatra.

Más que evitar los celos entre hermanos, algo natural, González sugiere equilibrar los cuidados: "Es necesario buscar la manera de prestar atención al mayor. Es difícil, porque un bebé necesita 24 horas de atención, pero para eso inventó Dios a los papás, que pueden colaborar también".

Eso sí, el hermano mayor, en ocasiones, también requiere la atención de su madre. "Aunque probablemente mamá es la que va a ocuparse más del recién nacido, muchas veces es necesario que mamá también busque un huequecito, quizá aprovechando esa rara hora en que el bebé duerme para realmente estar 20 o 30 minutos con el hermanito mayor", sugiere el pediatra.

Pasar tiempo de calidad

Es importante, "estar de verdad", que el tiempo que se pase con el hermano mayor sea de calidad y "no de cualquier manera". "No estar como muchas veces hacemos, que el niño nos va diciendo cosas y mientras nosotros estamos cocinando o viendo la tele o haciendo otras cosas y le decimos: "sí, cariño, sí...".

"Es dejar lo que estás haciendo, sentarte en el suelo donde sea, escuchar a tu hijo, mirar los dibujos que ha hecho, que note que de verdad estás, aunque sea 20 minutos al día, realmente pendiente de él", resuelve Carlos González.