Los mejores técnicas caseras para secar y preservar las flores

¿Quieres unas flores (casi) eternas? La preservación está cada vez más de moda y estas son las mejores técnicas para aplicar en casa. Estos trucos permiten guardar recuerdos (de San Valentín, por ejemplo) y decoraciones, como centros de mesa o ramos, sin que pierdan su esplendor y color.

Método de secado al aire

El secado al aire es uno de los métodos más antiguos y sencillos para conservar flores. Este método implica seleccionar flores con tallos estables, que no sean demasiado gruesos o acuosos. Las flores deben ser colgadas boca abajo en un área seca, oscura y con buena ventilación. Este proceso puede tardar entre una y tres semanas, dependiendo de la humedad y el tamaño de las flores. Es crucial evitar la exposición a la luz solar directa para mantener los colores vibrantes. Es común fijar el resultado con un spray de laca para el cabello, lo que ayuda a mantener la integridad de las flores secas.

Prensado de flores

El prensado es un método clásico para preservar flores, especialmente adecuado para aquellas que son más planas y delicadas. Para lograrlo, se colocan las flores entre hojas de papel absorbente y se insertan en un libro pesado. Posteriormente, se añade peso adicional distribuyendo otros libros encima. Este proceso suele tomar entre dos a cuatro semanas. El resultado son flores planas que pueden ser utilizadas en proyectos de arte y manualidades. Es un método ideal para flores pequeñas como violetas o margaritas.

Gel de sílice

El gel de sílice representa una opción más tecnológica y rápida para la preservación de flores, al remover la humedad de las mismas. Para aplicar este método, se sumergen las flores en un recipiente lleno de sílice y se sellan herméticamente. En un plazo de una semana, las flores se secan de manera eficiente, manteniendo su forma y color más fielmente que otros métodos. Este método es popular para flores robustas como rosas y lirios.

Cera

Otra técnica menos conocida es el uso de cera caliente. Este método consiste en sumergir las flores en cera derretida durante breves momentos, lo que les proporciona una capa protectora que retiene su color y evita la deshidratación. Sin embargo, es importante realizar este procedimiento con precaución para evitar quemaduras y dañar las flores.

Un último consejo

Independientemente del método de preservación elegido, es esencial inspeccionar las flores regularmente y almacenarlas adecuadamente para evitar la acumulación de polvo y daños mecánicos. También es recomendable etiquetar las flores con la fecha de preservación para llevar un control del tiempo que han sido conservadas.